ARQUEOLOGÍA
La Royal Academy muestra una colección de 35 Budas chinos
Por Eliane Hernández Montejo1 min
Cultura02-05-2002
El regreso de Buda: los descubrimientos de Quingzhou es el nombre de la exposición que la Royal Academy muestra desde el 26 de abril hasta el 14 de julio. La primera oportunidad de ver fuera de China parte de las estatuas budistas descubiertas en Quingzhou hace seis años, y quizá también la última, porque después las estatuas regresarán a China.
El hallazgo de Quingzhou consistía en más de 400 figuras chinas de Buda talladas en piedra caliza y esculpidas todas ellas entre los siglos V y VI. Junto con ellas también se encontraron algunas monedas y otros restos, que sirvieron para fechar el enterramiento, losBudas fueron sepultados 500 años después de ser esculpidos. Muchos opinan que estas estatuas formaban parte del templo de Longxing, centro de la cultura budista de esta región durante el siglo VI. El motivo de su enterramiento, sin embargo, sigue siendo una incógnita. Aunque es probable que estuviera relacionado con los ataques que las imágenes budistas sufrieron debido al crecimiento de la religión daoísta, intentando así salvarlas de su destrucción. Las esculturas descubiertas pueden dividirse en dos grandes grupos, las pertenecientes ala dinastía Wei, las más antiguas; y las esculpidas durante el período Qi, con una dinastía militar. Las primeras muestran representaciones de Buda con clara simbología china: tiene ojos marcadamente rasgados, lleva la túnica típica de los aristócratas chinos y aparece rodeado de dragones y de tallos de flor de loto. Mientras que las estatuas del período Qi recuperan los rasgos indios del príncipe Siddaharta. La Royal Academy ofrece una muestra con las obras mejor conservadas, muchas tienen aún restos de la pintura azul, roja, verde y ocre con la que estaban recubiertas. Se exhiben Budas, Bodhisattvas y triadas, grupos en el que aparece un Buda flanqueado por dos Bodhisattvas. Buda, representa nuestra verdadera naturaleza mental, y los Bodhisattvas, representan nuestra virtud de desarrollo.