ANÁLISIS DE LA SEMANA

Mente, corazón, voluntad

Por Amalia Casado2 min

España10-12-2001

Una mente clara. Un corazón bueno. Una voluntad forjada al hierro de esa mente y de ese corazón. Es Federico Mayor Zaragoza y es un político de los de verdad, de esos a los que hay que escuchar. En estos tiempos en que los ideales se venden poco y caros, en que a menudo se tiene poco tiempo para escuchar, leer, disfrutar de cosas buenas porque son difíciles de encontrar, en estos tiempos que corren, escuchar a este hombre es ir directos al grano, al meollo del asunto, a las verdades dichas a las claras. Conoce el mundo entero, sus luces y sus miserias. Ha denunciado éstas y, a sus casi setenta años –muy bien llevados- sigue apostando todas sus cartas a que puede construirse un mundo mejor. Un programa de televisión como Operación Triunfo puede convencernos de que, formando la voz, el ritmo, la capacidad interpretativa y el alma puede, casi cualquiera con un mínimo de cualidades, convertirse en un cantante, al menos, aceptable, ¿Por qué no creer a quienes han visto el mundo entero hasta por debajo de la falda, cuando claman y proclaman que es posible el cambio, que es posible esa cultura de paz, ese mundo sin desigualdades? Una institución bautizada Observatorio de Derechos Humanos y Libertades, promesa electoral del lehendakari Juan José Ibarretxe, está ahora en sus manos, en las de la Fundación Cultura de Paz que preside. Una nueva oportunidad para ser la voz de la conciencia y, ojalá haya voluntad política para escuchar. La violencia y el terror no tienen fronteras. El terrorismo se esparce como mancha de aceite, cruza los Pirineos y obliga a Francia a reforzar los mecanismos de control y seguridad para sus posibles víctimas. Los resultados son fructíferos y se suceden las detenciones. Francia se resiste ahora a que Batasuna sea incluida en la lista europea de organizaciones terroristas. Quizás no sea la mejor solución para desvitalizar el nervio de esta muela picada, pero ya descubrirán los vecinos que Batasuna es un problema. Mañana siempre es tarde se titula un escrito de Mayor Zaragoza. Y eligió como cita para abrir el libro una de Einstein: “En momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Y otra, de Virgilio: “Pueden porque creen que pueden”. Sueños e imaginación. Qué maravilla tener cerca de alguien convencido de ambas cosas. La propia Historia de este país está escrita, en parte, con esa tinta, y la Constitución, que cumple 23 años, invita a que imaginación y sueños de concordia sean cemento y ladrillos del futuro. Si se debate sobre ella, es que está viva. Sólo faltan políticos que piensen como hombres y actúen como hombres que piensan: mentes claras, corazones buenos, voluntades ordenadas.