Rami mantiene la esperanza

Por Guille Mellado2 min

Fácil, demasiado fácil le resultó al PSG la visita a Mestalla. Con dos latigazos de calidad, mucho orden y una pizca de paciencia casi se metió la eliminatoria en el bolsillo. El Valencia se ve obligado a una proeza en Saint Denis a la que sólo el gol de Rami en el último suspiro da alas. Mucho castigo para un equipo mortal que quiso buscar el partido sin que le condicionara la nómina de estrellas que el jeque tiene a las órdenes de Ancelotti. Intentó el Valencia defender su condición de local en un estadio engalanado para la ocasión y predispuesto a creer que los cuartos de final de la \'Champions\' estaban al alcance. Se adueñó de la pelota pero se llevó el primer susto en el minuto ocho con un disparo fortísimo de Lucas Moura que se estrelló en el palo derecho de la potería de Guaita. Carta de brasileño en su debut en la Liga de Campeones, presagio del camino de la amargura que haría atravesar a Guardado en un duelo desigual. En el segundo zarpazo, ya no hubo perdón. Lavezzi buscó el área desde la banda izquierda, se apoyó en Pastore y batió al meta valenciano sin la más mínima dificultad. Desde ese momento, el duelo ya no tuvo otro color que el azul. El Valencia intentó no perderle la cara. Siguió sobando el balón, buscando por dónde hacer daño a un rival que en el repliegue demostró que es todo orden. Sólo Joao Pereira ganaba su partida a Maxwell. El resto eran incapaces de sorprender a su par. Ni Feghouli ni Jonas. Al PSG no le hacía falta ni recurrir al brillo constante de sus estrellas para sentirse muy cómodo. No quería el mando, le era suficiente con esperar el error de los valencianistas, que desesperados no encontraban cómo asociarse y abrir grietas. Banega, muy impreciso, probó con el primer tiro a puerta y Guardado lo intentó también con un zapatazo que se marchó por encima del larguero de Sirigu, tan espectador de lujo anoche como David Beckham en el palco. Intentó Valverde insuflarle vida a su equipo llevando a Canales y Valdez al campo, y algo consiguió: por primera vez Sirigu tuvo faena en cada balón que le colgaban al uruguayo en el área. Sin embargo, el PSG tuvo varias ocasiones para abultar su victoria. Lavezzi desperdició dos pelotas para batir a Guaita e Ibrahimovic, más activo que en la primera, se deshizo de Rami en más de una ocasión pero se estrelló con el meta valenciano. Eso sí, provocó el que podía haber sido tercer gol de su equipo, de Chantome, que anuló el colegiado Tagliavento por falta previa. La mejor ocasión del Valencia llegó en el minuto 75 con un remate a bote pronto de Valdez a un centro de Tino Costa, que lo intentó con una falta directa endemoniada en el último suspiro que salvó la mano de Sirigu. No hubo manera de batir la portería francesa. Ni siquiera de asustarles hasta que, con el tiempo a punto de cumplirse, Rami cabeceó una falta que permite soñar con la remontada en un partido que se perderá el delantero sueco tan genial en el campo como pendenciero. Vio la tarjeta roja por un plantillazo a Guardado.