Vivos, pero condenados al segundo puesto

Por Álvaro Heralta2 min

Después de varias semanas marcadas por la polémica en torno al encarcelamiento de Santos Mirasierra y del cierre del Vicente Calderón, entre otros, finalmente les tocó al Olympique de Marsella y al Atlético de Madrid hablar donde, según se les presupone, mejor lo saben hacer: sobre el campo. Sin embargo, ni locales ni visitantes fueron capaces de brindar un buen espectáculo y la única nota positiva que se pudo extraer es que con el pitido final del árbitro, al fin, la guerra entre galos y españoles parece haber acabado. Javier Aguirre, técnico de los colchoneros, consciente de que, una vez que su equipo ya estaba clasificado para la siguiente fase de la Liga de Campeones, lo que más le conviene es dedicar sus esfuerzos en el campeonato doméstico, decidió dejar en el banquillo a un gran número de habituales en el once rojiblanco. Uno de los pocos que se salvó de la quema fue Sergio Agüero, que, al poco de comenzar el encuentro, tras una gran cabalgada por la banda, estuvo muy cerca de inaugurar el marcador, pero su remate se marchó ligeramente escorado. A partir de entonces el Atleti desapareció en ataque y dejó que los locales, que se jugaban la tercera plaza, dominaran el esférico. Aunque, pese a las intentonas de Hatem Ben Arfa, los de la ribera del Manzanares aguantaron perfectamente las tímidas envestidas de su rival. En la segunda mitad los franceses pusieron el pie en el acelerador y aumentaron el ritmo de juego, fue ahí cuando surgió la figura de Gregory Coupet. El meta galo, con sus acertadas intervenciones, evitó sustos mayores a los madrileños. Especialmente en un remate de Ben Arfa, mediado este periodo, y en una falta botada por Karim Ziani poco después. Aunque la ocasión más clara la tuvo Charles Kabore casi con el tiempo cumplido, pues, tras una gran asistencia de Mathieu Valbuena, envió el balón arriba con toda la portería para él solo. El Atlético, en tanto, únicamente se dedicó a defender toda vez que estuvo desaparecido en combate en labores ofensivas. Méritos que le hacen salir vivo del Veldrome pero con la condena de acabar segundos tras el triunfo del Liverpool en Eindhoven.