De nuevo, castigo por exceso de confianza

Por Javier Herrero2 min

El Real Madrid acabó empatando un encuentro que tuvo totalmente a favor contra un AEK que no demostró ser, ni mucho menos, superior. Durante los primeros minutos, las mejores ocasiones corrieron a cargo de Zidane, Guti, ayudados por las entradas de Roberto Carlos por su banda. Sin embargo, mediada la primera mitad el marcador no se había movido y en el Bernabéu se comenzaron a oír los primeros pitos de la temporada; la derrota de Santander provocó que la afición blanca acudiera al estadio un tanto crispada. No saldría mucho mejor. En cualquier caso, el Real Madrid captó la indirecta, se puso las pilas y apareció el inglés McManaman, quien parece hacer buenas actuaciones únicamente cuando su equipo actúa como local. El suplente se motivó y marcó, primero al remachar una buena jugada de Esteban Cambiasso. A partir de ahí, más de lo mismo: toqueteo sin profundidad, propio de un equipo que se veía ya clasificado para la siguiente fase haciendo lo justo ante unos helenos bastante flojos. Poco antes de llegar al descanso, de nuevo McManaman envió el balón al fondo de la meta de Chotis, aprovechando esta vez un pase de Ronaldo. Haciendo lo justo, el Real Madrid se iba con una buena ventaja. Pero después tampoco se vio nada nuevo: el Madrid lo intentaba muy poco, y el AEK, en su limitación, no hacía mucho más que su rival. Ni siquiera Ronaldo, falto de velocidad y de intención para buscar el uno contra uno, logró hacer alguna de las suyas para entretener un poco a la afición. Sin embargo, la pasividad de los hombres dirigidos por Del Bosque provocó que los griegos contaran con alguna que otra ocasión para haber acortado diferencias. En ese momento apareció un espléndido Íker Casillas, que se convirtió en el mejor de su equipo y salvó a su equipo en varias ocasiones. Pero tanto fue el cántaro griego a la fuente que acabó rompiéndose: a falta de un cuarto de hora Katsouranis redujo diferencias al rematar un saque de esquina. Por desidia, al Madrid le tocaba sufrir. Y no sólo se quedó en sufrimiento, sino que fue a más y tanto permitió a su rival, lanzado con coraje a falta de mejor argumento, que el AEK acabó por empatar por medio de Centeno, a falta de cinco minutos para la conclusión. De esa forma, el Real Madrid acabó complicándose la clasificación para la siguiente fase cuando ya lo tenía todo a su favor. Y menos mal que el otro partido de su grupo se saldó con empate.