Almunia evita la debacle ‘gunner’

Por Álvaro Heralta2 min

El Manchester United parece decidido a revalidar en Roma su título de campeón de Europa. El equipo de Alex Ferguson mantiene la misma frescura y dinamismo en el juego que le encumbró hace casi un año en Moscú como nuevo rey del Viejo Continente. Sin embargo, contra el Arsenal encontró una horma en su zapato: Manuel Almunia. El meta, con un espléndido partido, evitó que los cañoneros dijeran adiós de manera prematura a la final de la Liga de Campeones y que todavía mantengan viva la esperanza de que sea el Emirates Stadium el dicte sentencia. Desde el primer instante del partido, se vio a un Manchester mucho más decidido, mucho más convencido en sus posibilidades. De hecho, nada más iniciarse el choque, a Almunia ya se le empezó a acumular el trabajo en su portería. El cancerbero lució reflejos al sacar una mano prodigiosa a un testarazo de Wayne Royne que iba directo a la red al poco del pitido inicial. Sin embargo, la parada de la noche llegó poco después cuando el portero envió a saque de esquina un remate a bocajarro de Carlos Tévez. Aunque no pudo hacer nada cuando en el saque del propio córner John O’shea abrió el marcador tras favorecerse de una serie de rechaces dentro del área pequeña. Ni con el tanto encajado reaccionó el conjunto de Arsene Wegner, que únicamente se acercó al área rival con un tímido disparo de Cesc Fábregas que Edwin Van der Sar detuvo sin problemas. En la otra portería, en tanto, Almunia continuó agigantando su leyenda con una nueva parada, esta vez después de un cabezazo de Cristiano Ronaldo. El mediocampo conformado por Michael Carrick, Darren Fletcher y Anderson Oliveira resultó clave para borrar a los londinenses del terreno de juego. En la segunda parte la dinámica continuó siendo la misma: con los locales bombardeando sin cesar a Almunia y con los visitantes desaparecidos en labores ofensivas. Los gunners confiaron su suerte a que en una contra Emmanuel Adebayor, primero, o Eduardo da Silva, después, lograran llevar las tablas al luminoso. Sin embargo, Van der Sar apenas tuvo que intervenir tras el descanso. Por su parte, Almunia, visto que sus compañeros no le ayudaban ni en labores ofensivas ni defensivas, encontró un nuevo aliado: el larguero. La madera evitó que un latigazo de Ronaldo se transformara en el dos a cero. El partido, además, tuvo su momento onomástico cuando Ryan Giggs saltó al campo, ya que el extremo galés volvió a demostrar por qué es un mito para la hinchada del actual rey de Europa al sumar su encuentro número 800 con la elástica red. El Arsenal, por su parte, lo único que pudo celebrar fue que al final de los 90 minutos sus opciones de alcanzar la final de Roma todavía permanecen casi intactas. Los gunners ahora se aferran a la magia del Emirates Stadium y a que nunca han perdido una semifinal de una competición europea.