`ChampionsŽ en mano

Por Miryam Briz1 min

El Barça ha conseguido colarse en la Liga de Campeones como colofón a una temporada que será mejor olvidar. El Zaragoza, ya descendido desde la jornada anterior, arañó un empate a los azulgranas que no les sirvió para nada, pero eso sí, al menos se lo trabajaron como si de él dependiera la Liga. Los maños jugaron tranquilos, por fin sin miedo, y tutearon a un Barcelona que se conformaba con el empate, pues le bastaba para asegurarse un puesto en la Champions League, aunque sea pasando por la fase previa. Los catalanes no aparecían en el terreno de juego, mientras que Aragón y Corona, que llevaba las riendas de su equipo, hacían el partido de su vida. Así se llegó al gol del Zaragoza, con un zapatazo del veterano mediocampista, que adelantaba en el marcador a los de Marcos Alonso y despertaba los nervios de sus contrarios, que veían como su objetivo quedaba poco a poco a expensas del Celta. Rexach se desgañitaba para tratar de colocar a sus hombres, que parecían ausentes del terreno de juego. Kluivert comenzó a aparecer, e incluso Saviola hizo de las suyas. Poco a poco los azulgranas mimaron la pelota y la convencieron de que entrara en la portería de Láinez, pocos minutos antes de que el árbitro mandase a los jugadores a los vestuarios. Luego las cosas se calmaron, y se hizo evidente que ambos equipos se conformaban con el empate, un resultado que era lo más justo para ambos, dado el desarrollo del encuentro. Pese a todo, el Barcelona intentó buscar la victoria para acallar las críticas, pero los maños no estaban dispuestos a despedirse de Primera con una triste derrota. En los últimos minutos el juego desapareció, y el partido se basó en continuos pelotazos que aburrieron al poco público que quedaba ya en La Romareda. Así, ambos equipos concluyeron su temporada en su estilo, sin dejar un buen sabor de boca.