La Liga está perdida

Por David del Olmo2 min

El Real Madrid dijo prácticamente adiós al título después de volver a caer derrotado en el Santiago Bernabéu, esta vez por el Mallorca. Los blancos naufragaron contra un conjunto que buscaba asegurarse la salvación y que le pasó por encima a lo largo de los noventa minutos. El Madrid demostró no dar más de sí y fue silbado por su propia afición. Sobre todo su técnico, Carlos Queiroz, cuando sustituyó a Santiago Solari por Javier Portillo, en lugar de un desafortunado Ronaldo, que vio una cartulina amarilla y se perderá el encuentro contra el Murcia. A los diez minutos ya se había adelantado el conjunto visitante, gracias a un tremendo pase largo del lateral David Cortés que el Samuel Eto'o se encargó de enviar a las redes, a pesar de la oposición de Raúl Bravo. Instantes después pudo llegar el segundo, en una jugada del propio camerunés que no aprovechó Andrija Delibasic. Entonces tuvo un golpe de fortuna el Madrid, que consiguió el empate. David Beckham sacó de esquina y Paco Pavón cabeceó lejos del alcance de Leo Franco. Todo parecía volver a la normalidad, pero el Madrid no funciona en este final de temporada; antes del descanso, aún tuvo tiempo el conjunto de Luis Aragonés de marcar otros dos goles: primero anotó Eto'o, en la mejor jugada del partido y una de las más brillantes del campeonato: robó la pelota en el centro del campo y, tras regatear a cuatro rivales, batió a Íker Casillas. Y, dos minutos antes del descanso, Alejandro Campano amplió el marcador con una falta directa. Los merengues fueron despedidos con una sonora pitada, ya que veían que se esfumaba el sueño de alcanzar un título esta temporada. En la reanudación, Luís Figo transformó un penalti dudoso y el resultado se mantuvo hasta el final. Tuvo que repetir la pena máxima por orden del colegiado, Iturralde González, pero el portugués no se puso nervioso y lo transformó. El Madrid, siempre a expensas del Valencia, puede haber dicho su última palabra en este torneo, y sólo gracias a la derrota del Barcelona en Vigo mantiene la segunda plaza.