El Centenario arranca a lo grande

Por Laura Verdura1 min

Los dos equipos más fuertes de la Liga saltaron al Bernabéu sin complejos, y demostraron que venían a por la victoria desde el pitido inicial. El partido comenzó espectacular, eléctrico, vibrante: el Madrid no tardó ni cinco minutos en aprovechar un error de la defensa blanquiazul. Raúl protegió el balón y esperó la llegada de Morientes, que sólo tuvo que colar el esférico entre las piernas de Molina. Sin embargo, en la siguiente jugada, cuando el encuentro se ponía a favor del Madrid, Pavón cometió penalti a Víctor y Makaay logró el empate. No acababan de asimilarse la rapidez de los dos primeros goles, cuando un minuto más tarde, Zidane lograba en una magnífica jugada el segundo gol de los merengues. La grada vibraba con Zizou. El Madrid presionaba, llegaba con facilidad a la portería de Molina y creaba muchas oportunidades en las que Raúl era el protagonista. El Deportivo tenía un patrón de juego demasiado irregular: Valerón se salió, pero Sergio no le terminó de ayudar y Makaay, demasiado solo en punta, no podía aprovechar el caudal de juego que era capaz de general el canario. Roberto Carlos aprovechó el vacío en la banda izquierda del Dépor, por lo que las ocasiones del Madrid se sucedían constantemente. Molina logró detener un remate de Morientes, muy activo, cuando ya se cantaba el gol. Morientes tuvo tiempo aún de marcar, aunque en fuera de juego, y protestar por un posible penalti. Sin embargo, cuando medio Bernabéu andaba protestando, Raúl plasmó la superioridad de los de Del Bosque con otra jugada de antología: el 7 blanco marcó un golazo por la escuadra derecha, después de recibir de espaldas e irse de dos defensas con tres toques. El Deportivo no pudo reaccionar; Fran parecía ausente, no cubrían las bandas y la entrada al terreno de juego de Tristán, Pandiani y Djalminha fue demasiado tardía como para surtir efecto. El Bernabéu era una fiesta, y el Real Madrid campeón de invierno.