Un empate casi cantado

Por Juan Diego Gómez1 min

La Real Sociedad se enfrentó de nuevo con su particular lastre de toda la temporada: la falta de un goleador nato. El equipo donostiarra realiza un gran fútbol, pero no se ve reflejado en el marcador, por la falta de un nueve de garantías: a falta de Kovacevic, Jankauskas no ha cumplido con las expectativas. El partido empezó, poco más o menos, con un disparo de Khokhlov que pasó rozando el poste de la portería defendida por Nacho González. La jugada resultó un reflejo de lo que sucedió durante todo el partido: un equipo jugaba al fútbol, la Real, y otro trataba de defenderse sin realizar juego alguno: Las Palmas. Ahora bien, los donostiarras se acercaba una y otra vez, sin resultado. El público tampoco se vio recompensado: aburrimiento era lo único que había sobre el Insular. Lo único que hicieron los locales en toda la primera parte fueron dos remates de cabeza de Josico y Paqui, que recordaron que había alguien llamado Westerveld en la portería blanquiazul. El fútbol fue injusto con la Real: Tayfun y Khokhlov derrocharon entrega, pero el ruso se topó con el poste en su intento de culminar la superioridad de los txuri-urdines. A partir de ese momento se terminó la historia; Las Palmas no quemó las naves para ganar, pero se asentó en el medio campo y maniató a los jugadores blanquiazules, de modo que el empate se terminó dando como bueno, aunque no lo fuese. Con el punto conseguido, ni los grancanarios saben si están más cerca del descenso que de la UEFA, ni los donostiarras se terminan de espabilar para salir del descenso.