De vacaciones

Por Javier Herrero1 min

Se enfrentaban un equipo en puestos de UEFA contra uno en el descenso, en el feudo del equipo teóricamente superior, y además el Tenerife nunca antes había logrado vencer a los leones en San Mamés. Pero el Tenerife supo aprovechar su único factor a favor: el día mágico en que se jugó el partido. Claro que de todas formas, esta temporada San Mamés no es ese estadio inexpugnable de otros años... Al descanso se llegó con el resultado inicial y con el dominio de los de Jupp Heynckes, que con el regreso de Julen Guerrero al equipo, dominaron el esférico y gozaron también de las ocasiones más claras, a pies de Orbaiz, Etxeberría y Urzáiz. Sin embargo, los de las islas tuvieron suerte cuando la tenían que tener y supieron aguantar el resultado, aunque fieles al estilo de Pepe Mel, sin desdeñar la vocación ofensiva cuando podían. Así, hasta los últimos veinte minutos, más de lo mismo: el Athletic atacaba y el Tenerife resistía. Sin embargo, la sorpresa saltaría con un golazo de falta del argentino Fuertes. Sin tiempo de reaccionar, tan sólo cinco minutos más tarde, un grave error de entendimiento entre la defensa rojiblanca y su portero, Lafuente, habilitó a Marioni para marcar, a puerta vacía, el segundo tanto: una puntilla de agua fría para el equipo y afición del Botxo, aunque en un arranque de coraje, el partido se abrió y Julen Guerrero acortó distancias e impidió relajarse a los chicharreros en los minutos finales. Aunque mantiene el quinto puesto, la racha de diez partidos sin perder que llevaba el Athletic es historia, pero le da un merecido respiro al Tenerife, que sale momentáneamente de los puestos de descenso.