Una cuestión de fe

Por David Aguilar-Amat2 min

El Tenerife ganó gracias a su mayor confianza, tras remontar en casa contra el Sporting de Gijón. Los canarios demostraron tener una gran fe en sí mismos, ya que nunca dejaron de intentarlo pese a que la zaga sportinguista se mostró sólida y, por momentos, infranqueable. El partido comenzó de forma estelar. Al poco de sonar el pitido inicial, un córner botado por el Tenerife lo remató Pablo Sicilia, quien se topó simultáneamente con el larguero y la mano de Juan Pablo. Pero sólo pasaron unos segundos y el Sporting se adelantaba en el marcador a la contra. Diego Castro recortaba a su defensor al borde del área y batía a Sergio Aragoneses con un disparo certero. En los partidos anteriores, siempre que los de Manuel Preciado se adelantaban empezaban a moverse bien en las distancias cortas y a sobrevivir perfectamente al acoso del más pintado de los equipos. Lo único que les falló en esta ocasión fue que se olvidaron de amarrar la victoria y lo acabaron pagando. La primera parte no tuvo mucho más salvo el continuo dominio de los asturianos frente a la impasibilidad de los canarios. La segunda mitad transcurría de la misma forma que la primera hasta que un flojo disparo de Ricardo León se topó con Alberto Tomás Botía y acabó en la red pese al intento de despeje de Juan Pablo, que llegó a tocar el cuero con la yema de los dedos. El gol provocó que el partido cambiase y el Tenerife se hizo dueño del balón hasta que Juan Francisco Martínez, Nino, culminó un ataque local con un tiro imposible que superó al portero sportinguista. Ángel Luis Rodríguez pudo redondear la remontada con dos oportunidades que merecieron mejor suerte, pero el balón no entró en la portería. Los dos goles de los isleños mataron a los asturianos, quienes no supieron reaccionar. Con esta victoria, el Tenerife se coloca undécimo con once puntos y el Sporting es séptimo, con 20 puntos, a cuatro de puestos europeos.