Correctivo de euforias

Por David de Ancos1 min

El Real Mallorca ha pasado del cielo al infierno en tan solo cuatro días. Tras vencer al Hadjuk Split y lograr el pase para jugar la próxima Liga de Campeones por primera vez en su historia, la U.D. Las Palmas tardó cuatro días escasos en bajarle los humos. El equipo mallorquín estuvo ausente del partido, circunstancia que aprovecharon los canarios ganar los puntos sin despeinarse. Las Palmas dejó en evidencia al Mallorca con un fútbol práctico, organizado. Los de Fernando Vázquez plantearon un partido incómodo para los locales, que además no tuvieron la suerte de su lado. Luque falló un penalti cuando aún campeaba el 0-0 en el marcador, y Riera estrelló más tarde un disparo en el poste. Sin pegada, las bajas de Vicente Engonga en el medio campo y de Miquel Soler en la defensa, a quienes Bernd Krauss prefirió dar descanso ante el apretado calendario que se le avecina al Mallorca y lo relajado que preveía el partido, las acabó pagando el equipo bermellón. Las Palmas, que no ha hecho ni un solo refuerzo esta temporada y que ha vendido a su estrella durante el pasado año, el canterano Guayre, dio una auténtica lección de fútbol sobre el césped de Son Moix. Para más inri, fue un ex jugador mallorquín, Pablo Lago, quien con una jugada excepcional, en la que burló a cuatro defensores antes de batir a Leo Franco, abrió el marcador. Jorge logró con un disparo pegado al palo izquierdo. Jorge y Carmelo fueron los encargados de convertir los otros dos tantos del equipo insular, que empieza a sumar los puntos de la permanencia y demuestra que la crisis económica que planea sobre el club no es tal sobre el terreno de juego.