La diferencia está en los delanteros

Por Roberto J. Madrigal2 min

Quizá le quede al Valladolid el lamento de no haber podido contar con el Turu Flores, ya que por contrato no pudo jugar contra el Dépor. Lo cierto es que Makaay y Diego Tristán forman una de las duplas más explosivas de la Liga, y lo sufrió en sus propias carnes el conjunto que entrena Pepe Moré, que salió escaldado por no haber marcado cuando pudo y dejó notar el diferente potencial que tienen ambos equipos, uno que pelea por el título y otro que lo hace por eludir el descenso. Los pucelanos venían con la lección aprendida: el peligro del Dépor, sin Djalminha, vendría por las bandas. Tapándolas y presionando la creación del juego coruñés, en particular a Valerón, el Valladolid puso en apuros al subcampeón. Pero gozó de pocas ocasiones para marcar, y las pocas que tuvo las fallaron Tote y Fernando Sales. Tampoco el mexicano Cuauhtémoc Blanco pudo solucionar la papeleta, ni siquiera asistido por la clarividencia de Eusebio, ambos después del descanso. El cántaro se rompió en un golpe de suerte, justo antes de que ambos equipos se fueran al vestuario. Un remate de Víctor terminó en la red de la portería de Ricardo con un mal despeje del boliviano Peña. En cuanto el Valladolid dejó más espacios y el Dépor jugó a la contra, con el marcador a favor, el choque se desequilibró: Irureta colocó a Sergio en el pivote y a Valerón de enganche con los delanteros. Los goles fueron cuestión de tiempo, aunque llegaron tres en menos de diez minutos, mediada la segunda mitad: los tres tenores, Valerón, Tristán y Makaay, éste pese a sus protestas por jugar en la banda derecha, resolvieron la coyuntura y plasmaron en el marcador, a pesar de resultar abultado, que este Dépor es un candidato firme a la Liga. El Valladolid mostró maneras de equipo aseado y ordenado, pero sin pegada es difícil cosechar los puntos de tres en tres, que es lo que al final de la Liga cuenta.