Rio 2016
España y el reloj olímpico
Por Adrián Castellote
3 min
Especial 201629-07-2016
A una semana de que se prenda la llama olímpica y se oficialice así el evento deportivo más laureado del planeta, España llega a los Juegos de Rio con más de 300 atletas. Un elevado número de ilusiones conquistadas tras un largo año de preparación a ritmos cargados y marchas forzadas. Son ya, también, más de cien los años en los que España envía representantes para buscar la gloria del metal fuera de su frontera.
Remontarse al primer elenco de aquellos considerados primeros héroes deportivos es viajar a los Juegos Olímpicos de París en el año 1900 y entender la dificultad bajo la participación de 8 deportistas, cuyas aptitudes fueron repartidas en 3 deportes distintos y que guardaron bajo el brazo la primera medalla olímpica de la historia: un metal de oro logrado en pelota vasca en cesta punta por parejas. José de Amézola y Francisco Villota conquistaron la primera pesea e iniciaron un camino que tardó en despertar el tan ansiado historial grabado bajo la tinta del éxito; y es que el casillero se fue ampliando a ritmo lento y cansado. Tras no participar en los Juegos de 1904, 1908 y 1912, España regresaba a unos Juegos en esta sexta edición con 59 deportistas y con el fin de disputar 6 deportes. Dos medallas de plata la situó en el puesto 17 de los 29 países participantes en aquel Amberes iluminado para el recuerdo.
De esta manera España pasaba por los Juegos con más pena que gloria y su rendición ante las grandes potencias como la RDA (República Democrática Alemana), EE.UU o China, que se repartían gran parte del botín, era el síntoma de una mala praxis. Un vez más en París, en 1924, se ofrecía la oportunidad de destacar para el deporte nacional, pero el elenco español no obtenía ninguna medalla y la cita histórica quedó reservada para la participación femenina, que por primera vez en la historia del país competían por las preseas más codiciadas. Una en Amsterdan, dos en Los Ángeles, otras dos en Londres y una más en Helsinki representaban el pobre bagaje que se fue ampliando y acabó persiguiendo al deporte español a lo largo de sus participaciones a mediados de siglo XX.
Fue entonces a finales de dicho siglo cuando la cosa empezó a cambiar progresivamente y en una línea más ascendente que nunca. Las once medallas en Moscú en el año 1980 sirvieron, no sólo como éxito deportivo rotundo, sino como el motivo por el que fomentar más aún el deporte en el país, hasta el punto de buscar organizar bajo su sede unos Juegos Olímpicos.
Así es como llegó la oportunidad en 1992. Barcelona acogió el que posiblemente sea el mayor éxito en cuanto a organización y participación por parte de España en toda su historia. A esta edición de los JJ. OO. el elenco español envió a 430 deportistas y los repartió en 25 deportes para lograr finalmente 13 medallas de oro, 7 medallas de plata y 2 medallas de bronce. Un total de 22 medallas que dejaron, además, para el recuerdo, al arquero paralímpico Antonio Rebollo como la imagen de la inauguración más impresionante jamás vista. Cabe destacar entre el metal la medalla de oro en fútbol y la de oro en 1.500 m de Fermín Cacho. De esta manera, España alcanzó el sexto puesto en el medallero, lo que representaría su mejor papel en la historia de los Juegos Olímpicos, y que se mantiene como tal hasta el día de hoy.
De menos a más, España fue agrandado el prestigio en un certamen que cada 4 años reúne el elenco más importante de deportistas. Atalanta, en 1996, presenció 17 preseas españolas y Sidney, en el 2000, un total de 11. La evolución de España se refutó a lo largo de los años y con ella se alejaban los fantasmas que centraban el éxito español en el empujón de Barcelona '92. Tras una caída en el medallero de Sidney, España volvió a lograr la veintena de medallas en Atenas en 2004, 18 metales en Pekín 2008 y finalmente 17 en los últimos juegos de 2012 celebrados en Londres.
Este año, 300 deportistas viajan a Rio con las zapatillas y equipajes listos para sacar la punta y reescribir una vez más la historia olímpica del combinado nacional.