Siempre se ha dicho que la la magia del cine es irreal, es decir, que todo lo que vemos en pantalla, historia, personajes, planos… es mentira, que el cine es entretenimiento. Pero ¿Realmente esto es así? o, como siempre, depende de las circunstancias… hay un género, el documental, que muestra la vida tal y como es y de mentira tiene muy poco.
Es el caso de este filme, un documental dirigido por Sebastián Alfie, que quiere investigar sobre la vida de los invidentes y, por este motivo conoce a Gabor, un director de fotografía que se quedó ciego.
El filme titulado de la misma forma que el personaje mencionado anteriormente, muestra una duda ética. La película tiene forma de diario (personal y de rodaje) ya que comienza cuando Alfie conoce a Gabor.
A partir de aquí es cuando el largometraje refleja la clara relación entre el protagonista y el realizador de este proyecto: sus dudas, sus discusiones y lo más importante,la cotidianidad de la vida. Sebastián Alfie, a través de este proyecto, muestra su sensibilidad al confiar en Gabor, por su parte éste pone de manifiesto su gran talento y personalidad que han quedado mermados por su incapacidad.
Lo más significativo de la cinta es su capacidad para modificar la realidad de las personas, por un lado, Gabor vuelve a trabajar después de muchos años en lo que es su pasión: la fotografía, al mismo tiempo que convence a otras personas con su misma dificultad para que no se rindan como el caso de un panadero.Lo más sorprendente es que este no será un caso único del filme pues el protagonista también discutirá cuestiones técnicas del propio filme.
La lástima es que durante el tiempo de rodaje, más de un año, Sebastián Alfie dejase algún que otro corte en el camino y los espectadores no lo podrán ver durante el filme. Esta película es pura magia y, lo más curioso de todo, es que la historia que cuenta, no es mentira, sino que pasa de verdad. El cine es pura magia, y lo más bonito de todo, es que a veces es la realidad tal y como la conocemos.
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