España 'se ceba' con Rusia de la mano de un Villa genial Alejandro G. Nieto.- La selección española enloqueció a la afición con una goleada a Rusia, en la que David Villa presentó su candidatura al trofeo de máximo goleador con un hat-trick. Los de Luis Aragonés jugaron atenazados hasta que el asturiano abrió el marcador. A partir de entonces, Rusia fue una marioneta en manos de una roja que se deleitó en su juego. España 4 – Rusia 1
España jugó sin ninguna referencia en las bandas, pues David Silva y Andrés Iniesta, los jugadores más escorados en el esquema, caían una y otra vez al centro. Así, la selección se enredaba siempre en la maraña que tenían tejida los rusos en el mediocampo. Por ello Rusia, que cortaba los ataques rivales sin ningún problema, acabó animándose. Los de Guus Hiddink combinaron por los costados con acierto, lograron profundizar e incluso gozaron de alguna ocasión de gol.
Pero España encontró la manera de romper esa dinámica. Una galopada de Fernando Torres en un contraataque propició un tanto que cambió el panorama por completo. El delantero del Liverpool se deshizo de su defensor, no sin fortuna, y cedió el balón a David Villa para que éste marcara con la portería vacía. Con el tanto, el partido se abrió. Rusia adelantó las líneas y España empezó a buscar pases a la espalda de la defensa, pues Torres y Villa se desmarcaban con destreza.
Sin embargo, la mejor oportunidad fue para el rival. Rusia pudo empatar tras una buena combinación por la banda derecha que pilló a la zaga española despistada. Pero el balón acabó en el poste y con él se estrellaron las ilusiones de los rusos. España se hizo dueña del esférico. Iniesta y Villa se soltaron y, con ello, llegaron los pases en profundidad, medidos y con intención. El cerco a la portería de Igor Akinfeev era constante y Villa acabó marcando el segundo al aprovechar un genial pase de Iniesta, justo al borde del descanso.
El comienzo de la segunda mitad llegó acompañado de un despliegue de voluntad de Rusia que benefició a España. Los de blanco buscaban el gol con insistencia, aunque sin demasiada lucidez, y ello permitió a la roja lanzar numerosos contraataques peligrosos. La entrada de Cesc Fabregas y Santiago Cazorla dotó de dinamismo a esas contras. Así, los de Luis Aragonés pudieron marcar en varias ocasiones, aunque el desgaste físico de Villa, que se había quedado como único delantero, se notó en la falta de definición.
Pese a ello, las ocasiones se multiplicaban. Rusia desapareció del encuentro y los de rojo acabaron dando la estocada. Una precisa asistencia de Fabregas dejó a Villa en una situación de privilegio para firmar un hat-trick y destrozar la moral al oponente. Con el 3-0 en el marcador España se deleitó y el estadio Tivoli de Innsbruck fue una fiesta de color rojo. A los de Hiddink sólo les consoló un tanto de Roman Pavlyuchenko en un saque de esquina, que maquilló las vergüenzas de una Rusia muy perdida. Cesc, en otro contragolpe, firmó el definitivo 4-1, al rematar a la red un rechace del portero.
Goles: Villa (20’, 44’ y 74’), Pavlyuchenko (86’) y Cesc (90’)
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