Beatriz de Lucas Luengo.- "El paso por la lucha callejera (dirigida desde Haika) constituye el bautismo de fuego y la escuela de terroristas de ETA", señalan desde el Ministerio del Interior. Todos los indicios apuntan a esa conclusión. La reacción de los jóvenes herederos de Jarrai no se hizo esperar: "vamos a responder con todo nuestro enfado", esto "no les va a salir gratis".

Los arrestados en la operación Sugekumea -15 en total- tienen entre 20 y 25 años y el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, les acusa de pertenecer a ETA. La Fiscalía pide para ellos prisión incondicional por considerarlos responsables de la violencia callejera, kale borroka, terrorismo de baja intensidad para algunos. Los responsables de la lucha antiterrorista quieren demostrar -con el estudio de los documentos requisados durante la operación- la conexión entre Haika y ETA y que los detenidos seleccionaban para la banda terrorista a sus futuros miembros, entre los militantes de la violencia callejera.
Después de las detenciones, diversos representantes de la organización juvenil -arropados por dirigentes de Euskal Herritarrok (EH), como Arnaldo Otegi o Pernando Barrena- convocaron una rueda de prensa en la que uno de los portavoces -Asier Tapia- aseguró que "vamos a responder con todo nuestro enfado a quienes quieren aniquilar y vender a nuestro pueblo" porque la acción de Garzón "no les va a salir gratis". Tapia ha sido detenido y acusado de amenazas -uno de los delitos modificados en el Código Penal- y apología del terrorismo. Sus palabras no cayeron en saco roto, ya que, desde que las pronunció, las calles del País Vasco se han visto sacudidas por el vandalismo del día de lucha convocado desde Haika.
Esta es la sexta operación del juez Garzón contra el autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), paraguas bajo el que se resguardaban organizaciones afines a ETA como Xaki, Ekin o Piztura.
[10-3-2001]