"Los acontecimientos demuestran que la alianza no era descabellada"
Sosa Wagner es más que el europarlamentario de UPyD que abrió el melón de las disputas en la dirección del partido. Es un enamorado de la profesión de la que ahora disfruta más que nunca: impartir clases como catedrático de Derecho Público. Desde la Universidad de León ve las cosas con perspectiva. Reflexiones que le han llevado a escribir el libro Memorias Europeas, donde refleja su paso por el Parlamento Europeo con la formación a la que, pese a todo, ve aún futuro. El tiempo le ha dado la razón: una alianza con Ciudadanos no hubiera estado mal. De momento, y por si acaso, avisa: no volverá a ejercer ningún cargo político.
¿Por qué renunció a su escaño en 2014 y a la vida política en general? Renuncié a mi escaño tras una serie de enfrentamientos con el partido por el cual salí elegido diputado, en concreto por la dirección del partido no con el partido en sí. Enfrentamientos que al final desembocaron en algo ya un poco más grave, la dirección del partido me relevó de mi condición de jefe de la delegación de UPyD allí en el parlamento europeo. Aunque la dirección no podía hacerlo, sencillamente porque la dirección del partido no me había nombrado, designó a los demás de la lista pero yo fui elegido por los afiliados de UPyD. Sin embargo, me encuentro con que soy apartado del puesto y este enfrentamiento parece que ni podía ni debía soportarlo. En primer lugar porque la dirección no tenía competencias para ello, en segundo lugar, yo soy un señor que tengo mi oficio, soy catedrático universitario y no tengo por qué estar aguantando este tipo de situaciones. No solamente tengo mi oficio, sino que además me encanta.
¿Qué le llevó a plantear en su partido una alianza con ciudadanos? Los cinco años que he estado allí con UPyD, no he tenido ningún problema con la dirección del partido. Fue en mi segunda legislatura cuando los problemas se han presentado. Este planteamiento es el detonante un poco de los enfrentamientos con la dirección del partido. Se me ocurrió decir en el periódico El Mundo, en el año 2014, que a la dirección de UPyD a la que yo no pertenecía, debería intentar ponerse en contacto con la dirección de Ciudadanos para poder llegar algún acuerdo, precisamente para afrontar las elecciones de este año 2015. Aquello desencadenó una tormenta de insultos en mi contra, se contestó a una oferta o a una idea política de una manera personal y bastante incómoda. Esto fue lo que desencadenó el asunto, yo creo que la evolución de los acontecimientos del pasado mes de agosto demuestran que por lo menos mi propuesta no era descabellada.
¿Qué le parece la decisión de no intentar si quiera esta alianza? Intentarla sí la intentaron, se adoptó un acuerdo de empezar unas negociaciones, lo que pasa que UPyD fue a esas negociaciones con un documento de 42 folios poniéndolos a caldo a los otros y no solamente con ese documento, sino que ese documento antes de la reunión lo repartieron a sus compañeros, es decir, a los periodistas y a Ciudadanos no les gustó nada el asunto. En fin, aquello tenía la peor pinta de poder llegar a un acuerdo sensato, y naufragó.
¿Qué le llevó a escribir libros sobre su vida como político y europarlamentario? Este libro es un diario, más bien un semanario, que he ido escribiendo semana a semana cuando volvía a España en mi época de parlamentario europeo. Aquí reflejo todas las vivencias en mi vida de diputado europeo, desde Estrasburgo a Bruselas, pasando por los muchos viajes que un parlamentario europeo está obligado a hacer. Hablo sobre la gente que conocí, los asuntos en los que tuve que intervenir, es decir, he ido tomando nota de todo eso. Pero además lo he completado con una visión cultural de Europa, gracias a mi afición a la lectura y a la música.
¿Cómo se plantea algo así, es decir, resumir años de trabajo en páginas de un libro? Siempre he pensado que las personas que ocupan cargos públicos relevantes están obligadas, en cierta manera, ante la sociedad en la que viven a una especie de rendición de cuentas, de explicar lo que han hecho, porque así se compone la historia. La historia cuando la escriben los historiadores se basan en datos de archivos, etc., pero también es muy importante la información que proporcionan los diarios de las personas. Tanto de personas que no tengan una relevancia especial pero más de las personas con relevancia especial. En España, sin embargo, es infrecuente este tipo de literatura de diarios, de cartas, de literatura epistolar, y es algo que lamento por eso he querido contribuir con mi pequeño esfuerzo a colmar esa laguna que existe.
¿Cómo es la vida de un europarlamentario? La vida del parlamentario se distribuye fundamentalmente, fuera de otros tipos de viajes que luego contaré, entre Bruselas y Estrasburgo. El parlamentario europeo está de lunes a jueves en su trabajo y el viernes vuelve a España, en mi caso, o a su circunscripción. Tres semanas al mes está en Bruselas y una en Estrasburgo, que es donde se celebran los plenos del parlamento europeo. Los temas, pues ahí en mi libro salen toda la cantidad de asuntos de los que un parlamentario se tiene que ocupar. Son muchísimos, para citar algunos de los que yo personalmente he seguido, por ejemplo, la regulación de internet en el mundo, las interconexiones energéticas de España y Portugal, la Península Ibérica con el resto de Europa, el mercado de derechos de emisión para combatir el calentamiento global, los temas son infinitos. Y luego todo eso se completa también con la presencia del parlamentario en foros, en el caso de los españoles, en los foros fundamentalmente latinoamericanos, donde hay unos vínculos con los parlamentos chilenos, colombianos, venezolanos, etc. También debemos atender visitas, no se puede usted imaginar la cantidad de visitas que recibe un parlamentario europeo, lo mismo un señor que fabrica tornillos en Lituania, que el cervecero de Babiera o el señor de las patatas de Burgos. Todos tienen sus intereses.
¿Cómo llegó a serlo? Llegué a ser europarlamentario por medio de las elecciones de 2009, y como cabeza de lista de la formación política UPyD. Fue una experiencia interesante porque al contrario de lo que ocurre en los grupos políticos grandes, todos los que están en una lista saben más o menos que número va salir. Pero en el caso de UPyD esto era mucho más complejo, porque era la primera vez que se enfrentaba a una convocatoria de estas, las encuestas no daban diputados, ya que no me hacían como parlamentario europeo, así que aceptar eso en esas condiciones no siempre es fácil. El caso es que lo hice y el asunto salió bien.
¿Siempre estuvo interesado por la política? Soy catedrático de Derecho Público, y los profesores de esta materia estamos muy cercanos al mundo de la política. Lo que explicamos en clase a los muchachos es la respuesta a los problemas sociales, económicos, etc., que tiene la ciudadanía y por tanto, es la política solo que juridificada, por ello siempre he estado muy cerca de la política. Fui alto cargo en los gobiernos de Felipe González en los años 80 y siempre he estado vinculado a estas cosas. Ya le digo que por mi oficio. Ahora bien, nunca había tenido una responsabilidad política tan de primera fila como es la de ser diputado europeo, sobre todo diputado europeo cabeza de lista de una formación política. La experiencia para mí ha sido buena, desde luego he aprendido allí mucho, también he aportado mucho. Cuando las cosas se han torcido pues como digo me he vuelto a mi oficio y ya está. Y lo que sí he advertido para tranquilizar a los españoles es que pueden dormir tranquilos no me voy a dedicar a ningún otro puesto de representación política.
¿Cómo ve las elecciones este año en España? El pescozón va a hacer que el panorama político se haga un poco más complicado y donde había dos probablemente haya cuatro. A mi juicio eso es muy bueno, eso es estupendo, hay que tener en cuenta que los países que prosperan, prosperan a golpe de acuerdos políticos, de coaliciones. Por ejemplo, ahora en Alemania hay un gobierno de coalición entre la democracia cristiana y la social democracia y eso es muy bueno porque cada uno aporta lo mejor, y sobre todo ambos se limitan en su poder y nadie tiene el poder cabal y totalmente. Eso es una cosa que, he visto funcionar en la instituciones europeas y allí el consenso, el acuerdo con las formaciones políticas, el que se sienten juntos verdes, liberales, populares, etc., eso es lo más frecuente. Y además allí donde todos están desplazados de sus casas pues comen juntos en la cantina del parlamento. Eso es muy bueno para los sistemas democráticos.
¿Qué opina de Podemos cómo partido político? Va a formar parte de esta nueva constelación de partidos emergentes, pero a mí me producen una cierta preocupación, porque obviamente no comparto las tesis que ellos patrocinan. Me parece muy bien que aparezcan estos partidos políticos porque eso contribuye a hacer más complejo el sistema político y mejorarlo. Pero evidentemente yo no comparto sus postulados políticos.
Revela en su libro en detalle las presiones, los insultos y las prácticas de "ordeno y mando" a las que se vio sometido. Es una crítica a los dirigentes del partido. ¿Cree que si UPyD desaparece será culpa de Rosa Díez? Creo que el no atender esta posible alianza con Ciudadanos, que tenía muchas formas de expresión, creo que eso ha sido un error y las elecciones lo han corroborado.
¿Ha recibido alguna crítica por el libro por parte del partido? No, no, las críticas que he recibido son muy buenas y positivas, porque yo creo que el libro a pesar de su volumen se lee fácilmente, tengo cierta capacidad narrativa, soy premio Miguel Delibes y estoy muy orgulloso de ello. Es un libro que ahora lo pueden leer personas interesadas por la vida política pero también me consta que dentro de 50 o 100 años muchos historiadores acudirán a libros como el mío, para informarse de cómo funcionaba la UE, desde la perspectiva que ofrece la visión de un diputado en solitario como era yo allí, pero que al mismo tiempo siendo una persona que aportaba, por la formación que tenía. Espero que sea así, para mí sería una satisfacción muy grande, cuando yo esté bajo tierra.
El pasado mes de abril, Irene Lozano, diputada de UPyD, anunció que encabezará una lista alternativa. ¿Qué opina sobre ello? Lo que opino es que estoy muy contento de no tener que asistir a ese Congreso Extraordinario. Para mí, es una satisfacción tremenda. Eso es lo que opino.
¿El Partido está en crisis o es una renovación? Es que se han producido expulsiones verdaderamente raras, por ejemplo, las dos de mis compañeros que han quedado ahí en el Parlamento europeo que son Fernando Maura y Enrique Calvet, acusándoles de no seguir el programa del partido y hacer allí la guerra por su cuenta. Hubo un enfrentamiento de ambos con la dirección del partido, pero no una traición a la línea ideológica del partido, eso no lo hay en absoluto, y menos a la línea ideológica del grupo liberal a la que UPyD se incorporó voluntariamente el año pasado, y eso resulta un poco sorprendente, pero bueno así están las cosas. Si fuera yo creyente todas las mañanas iría a la catedral de León a dar gracias allí a algunas de las vírgenes por no estar en ese Congreso.
Con la perspectiva de no ver la actualidad desde primeria línea de ataque, sino desde la Universidad de León donde actualmente se encuentra, en su libro pronostica el camino hacia el final de UPyD. ¿Cree que pueda haber una solución o un posible reflote para el partido? Sí podría haberlo, yo creo que podría haberlo porque esa oferta, la oferta política de UPyD y su programa y su línea de actuación política están vigentes, por el hecho de que Ciudadanos, en buena medida, es una organización muy parecida. Pues ahí ha estado en las encuestas, ahí ha estado victorioso en las elecciones andaluzas. Por tanto se trata de reflotar el asunto porque como oferta política, es una oferta política viva.