El Panathinaikos destronó al CSKA en un partido que dominó en todo momento. A pesar del bajón sufrido en el tercer cuarto, los hombres de Zeljko Obradovic no dieron su brazo a tocer y acabaron con el reinado europeo de los rusos. El conjunto heleno dio un recital de baloncesto durante la primera mitad, con una defensa que bloqueó al CSKA y con un gran acierto de cara al aro. De esta manera se llegó al descanso, con una renta favorable a los griegos de 20 puntos. La presión del Panathinaikos hizo inútiles los esfuerzos del equipo moscovita por darle la vuelta al marcador.
Ramunas Siskauskas, que remontó él solo el partido ante el Barcelona, apenas apareció en la primera mitad, limitando las posibilidades de reeditar el título europeo. La cosa cambió tras el paso por los vestuarios. El equipo de Ettore Messina fue recortando distancias poco a poco, hasta quedarse a diez puntos en el último cuarto. El espectáculo estaba servido y Siskauskas volvió a aparecer cuando más se le necesitaba. Un triple del lituano puso su equipo a un punto, pero los rusos no se mostraron finos en los tiros libres. A pesar de disponer de la última posesión, el triple de Siskauskas no entró y dinamitó el sueño de reeditar el cetro europeo.
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