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BALONMANO

Alemania rompe los pronósticos

Por Paco SánchezTiempo de lectura3 min
Deportes01-02-2004

Alemania, que había tomado cumplida nota sus anteriores fiascos en las finales del Mundial de Portugal y del Europeo de Suecia, en 2003 y 2002 respectivamente, no se dejó impresionar por el ambiente y doblegó a los anfitriones, a pesar del apoyo del público, con relativa facilidad, 30-25, lo que les permitió obtener su primer título como nación unificada.

La lucha por el tercer puesto emparejó a Dinamarca y Croacia; los daneses, revelación del torneo junto con los eslovenos, consiguieron la clasificación olímpica, al infligir a los croatas un severo 31-27. La primera semifinal había emparejado a croatas y eslovenos. Los campeones del mundo se vieron sorprendidos por las ganas y empuje de los eslovenos, que jugaban en casa, y sucumbieron contra sus vecinos por 25-27, ante la explosión de alegría de los anfitriones. En la segunda Alemania, un equipo curtido, no dio opción a los daneses, a los que acabaron imponiéndose por 22-20. Suecia finalizaría en séptima posición al imponerse por la mínima, 35-34, a Serbia y Montenegro, que tuvo que contentarse con la octava plaza, ambas fuera de los Juegos Olímpicos de Atenas. También igualado estuvo el lance por la quinta plaza del campeonato, a la que se hizo acreedora Rusia, tras derrotar a una Francia que afronta un período de duda -y posible renovación del equipo- por un margen de dos tantos: 28-26. Tras la disputa de la fase preliminar, en la que España encajó dos derrotas, los de Argilés tuvieron un comienzo esperanzador en el grupo I, tras ganar a Suiza, pero tiraron por la borda sus posibilidades al perder contra Rusia -lo que les dejó fuera de la lucha por las medallas- y Suecia -en la despedida del Europeo-. Finalmente, Croacia pasó líder, con nueve puntos, uno de ventaja respecto de Dinamarca y dos más que Rusia. Suecia, que aspiraba a estar entre los tres primeros, apenas pudo conseguir cuatro puntos, por delante de España, que consiguió dos, y Suiza, que no puntuó. En el grupo II, Alemania y Eslovenia, pasaban a semifinales colíderes, ambos con siete puntos. Francia, tercera con cinco, pugnaría por la quinta plaza, mientras que Serbia y Montenegro, empatado con los franceses pero con peor diferencia de goles, tuvieron que luchar por el séptimo lugar. Hungría y la República Checa, con cuatro y dos puntos respectivamente, se despedían del torneo. La falta de concentración en defensa y la escasa mordiente de cara al gol, fueron las señas que definieron el papel del grupo dirigido por César Argilés en el Europeo. España, que concurría con bajas importantes, como la de Manolo Colón y Talant Dujshebaev, no supo dar la talla en los momentos decisivos y acusó en exceso la falta de un organizador, que fuese el encargado de abrir las defensas férreas de que sus rivales han hecho gala. La portería, como en anteriores ocasiones, fue la línea mejor cubierta del combinado español, con excelentes actuaciones de David Barrufet y José Javier Hombrados; sin embargo, la defensa flaqueó más de lo debido, como demuestran los goles encajados en superioridad. Pero si alguna línea se lleva la palma en despropósitos, es sin duda la de ataque, con demasiadas imprecisiones y florituras -en ocasiones- que acabaron pasando factura. Lo mejor que se desprende de la actuación española es haber mostrado carácter para plantar batalla a selecciones tan potentes como Croacia y Suecia, síntoma de que con trabajo y mentalización, los resultados acabaran llegando al plantel español, en el que han entrado varios jugadores jóvenes.