TRABAJO
El número de parados aumenta y la creación de empleo se estanca en el 2002
Por Gema Diego2 min
Economía09-02-2003
El pastel de los puestos de trabajo en España sigue creciendo, pero no al mismo ritmo que el número de comensales. Aplicando la teoría demográfica de Malthus, se podría decir que la cantidad de empleos se incrementa aritméticamente mientras que la población activa aumenta geométricamente.
El año 2002 se ha cerrado con 226.400 nuevos parados y un total de 2.118.200 desempleados inscritos en las listas del Instituto Nacional de Empleo (INEM). La creación de 256.200 puestos de trabajo más no ha bastado para absorber los 482.600 activos que se han incorporado a la lucha por un trozo del pastel. Las mujeres se han llevado la mayor parte de estos nuevos empleos: 200.500 fueron para ellas, mientras que los hombres debieron conformarse con sólo 55.700. Aun así, el desempleo femenino aumentó en 126.800 personas, frente a tan sólo 99.500 en el caso del masculino. Sin embargo, las cifras de los últimos meses reflejan un empeoramiento de la situación. La gestión del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, no ha bastado para frenar un ligero incremento de la tasa de paro en cinco centésimas, de forma que ahora se sitúa en el 11,45 por ciento. El ritmo de creación de empleo tampoco logró alzar el vuelo, y pasó del 1,78 por ciento al 1,59 por ciento en términos interanuales. Además, con la posible guerra entre Estados Unidos e Irak, las perspectivas para el 2003 se presentan poco halagüeñas. Enero ya ha arrojado su saldo: el número de parados ha crecido un 3,21 por ciento respecto a diciembre, y el único sector en el que se ha reducido el desempleo es la construcción. "El primer semestre va a ser complicado", ha advertido Edita Pereira, economista de Analistas Financieros Internacionales. Con esta situación, Malthus y sus peculiares soluciones para mejorar el reparto de recursos en el mundo vuelven a hacerse presentes. Ante una creación de empleo insuficiente que no puede hacer frente al aumento de la población activa, ¿habrá que resucitar aquella vieja idea malthusiana del no ayudemos a los pobres, dejemos que se mueran?