MUNDIAL 2010
La 'cruz' de la portería vuelve a obstaculizar el camino de Inglaterra
Por Alejandro G. Nieto3 min
Deportes12-06-2010
Inglaterra perdió la primera batalla en su cruzada por volver a dominar el fútbol de selecciones, algo que sólo logró en 1966, en su Mundial. Un infantil error del guardameta Robert Green reavivó el eterno dilema de la portería inglesa y brindó a Estados Unidos un agradecido punto. Los norteamericanos, aunque inferiores individualmente, supieron defenderse con bravura y dormir el juego para acabar con la paciencia de unos británicos que vieron esfumarse de un plumazo las altas ilusiones que habían depositado en este equipo.
Inglaterra 1 – Estados Unidos 1 No dio tiempo Gerrard a que el partido cogiera cierta temperatura para sacar a relucir su clase. Trazó una diagonal, recibió un inteligente pase de Emile Heskey y encontró la red con un sutil toque con el exterior. A la Inglaterra de Fabio Capello ni siquiera le hizo falta empezar a jugar al fútbol para mandar en el marcador, y el tanto hizo que se olvidaran de ello durante un buen rato. Ante tal infortunio, a Estados Unidos no le quedó otra que dar un paso adelante. Suyo fue el balón, aunque no las mejores ocasiones. La creatividad de Landon Donovan propició algunas llegadas peligrosas, casi siempre con centros desde la banda, pero todas acabaron con remates desviados. Inglaterra se encontró cómoda en esa situación. El ataque yankee no llegaba a ser una amenaza importante y, en cambio, la rapidez de Aaron Lennon y Wayne Rooney convertían cada contra británica en un suplicio para los americanos. En varias ocasiones llegaron los de Capello con superioridad al área rival, pero Steve Cherundolo y Oguchi Onyewu estuvieron atentos para cortar el último pase. Estados Unidos sufría atrás y eso animó a los ingleses, que comenzaron a dominar. Lennon llevaba veneno en todas sus internadas y, viendo el daño que estaba causando por esa banda, Capello decidió meter a Shaun Wright-Phillips en el otro costado, sustituyendo, de paso, a un Milner que estaba amonestado. Los pross empezaban a recordar al equipo que asombró en la fase de clasificación. Sin embargo, cuando ya empezaban a oler el segundo gol, Robert Green les recordó la cruel realidad con la que conviven desde hace años. El guardameta del West Ham, a quien Capello había dado su confianza para intentar zanjar sus eternos problemas en la portería, se comió un flojo e inofensivo disparo de Clint Dempsey que devolvió la igualdad y la emoción antes del descanso. Heridos en su orgullo, apremiados por el fantasma del fracaso que les persigue en las citas mundialistas, los ingleses se conjuraron para cambiar la historia. Con dos puñales en las bandas y un eléctrico Rooney por el centro, los pross cargaron con decisión contra el enemigo. Fieles a sus principios, apelaron al fútbol directo y la velocidad. Sin embargo, su fuego se fue apagando gracias a las buenas intervenciones del portero estadounidense, Tim Howard, que salvó múltiples ocasiones, entre ellas un claro mano a mano con Heskey. Inglaterra comenzaba a desesperarse. Y Estados Unidos, que cuando tenía el balón tocaba con calma e inteligencia, pudo hacer sangre de esa ansiedad. Altidore impuso su rapidez ante Jamie Carragher pero, cuando sólo le restaba empujar el balón a la red, Green se redimió de su error anterior al meter una mano milagrosa e impedir el tanto. El nerviosismo se apoderaba de los ingleses, que empezaron a atacar con más decisión y menos cabeza. Rooney, el esperado salvador chocó siempre con el portero o la zaga rival. Y con ello, pese a la salida de Peter Crouch en los minutos finales, el partido fue muriendo hasta acabar con un doloroso empate para Inglaterra, cuyas altas expectativas en este Mundial quedan ligeramente comprometidas. Goles: Gerrard (3’) y Dempsey (40’)