Garzón persiste en su cerco a ETA
Por Mª Jesús Torres
2 min
España04-11-2001
La justicia, con la colaboración policial, ha descabezado "política y económicamente" la cúpula de Gestoras Pro Amnistía en las tres provincias vascas y Navarra, según el ministro de Interior, Mariano Rajoy. Este es un paso más en el combate legal contra el supuesto entramado civil de ETA. Su protagonista vuelve a ser el juez Baltasar Garzón.
La operación se inscribe dentro de la nueva estrategia internacional que aspira a acabar con todas las tramas que sostienen a los terroristas. En esta ocasión se trata de la organización radical encargada de los presos de la banda terrorista, pero antes ya fueron desmanteladas otras organizaciones afines a ETA como Xaki, Ekin, Haika y KAS, nombre que recibía el entramado común que hoy subsiste bajo otras identidades. La primera de ellas, Xaki, controlaba el aparato internacional; Ekin, la violencia callejera así como la comunicación exterior y los presos a través de Gestoras; y Haika el aparato juvenil. Todas estas organizaciones fueron declaradas ilegales por el juez Garzón, las últimas en mayo de este año. Desde 1986, con la Operación Sokoa, se tienen evidencias de que ETA financia algunas de estas tramas. La actuación judicial de Garzón empezó algunos años después. En 1998 llevó a cabo la primera operación de este tipo. Desde entonces han sido siete sus actuaciones judiciales y centenares los detenidos, que todavía hoy esperan a ser juzgados mientras están en libertad provisional. Hace tres años, tras la primera operación de este juez contra el entramado financiero de ETA, el propio Garzón apuntaba en sus autos la implicación directa de Gestoras Pro Amnistía en la banda terrorista ETA. Tres años después, Garzón han conseguido su objetivo, que ahora se enmarca dentro de las últimas resoluciones de la Unión Europea (UE) que han redefinido el terrorismo y han reforzado las medidas contra él. El presidente del Gobierno, José María Aznar, mostró su voluntad de que Gestoras Pro Amnistía esté incluida, al mismo nivel que ETA, en la lista de organizaciones terroristas de la UE, porque "políticamente hay que saber que esas personas forman parte de la organización terrorista". Por tanto, cuando "se hace la lista, tienen que estar allí, que es su sitio".