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RELIGIÓN

Un papa para escuchar: el primer año de Benedicto XVI

Fotografía
Por Maite NúñezTiempo de lectura2 min
Sociedad19-04-2006

"Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad y no seguir mis propias ideas, sino ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y la voluntad del Señor". Estas fueron algunas de las primeras palabras que pronunció como papa Joseph Ratzinger. Benedicto XVI ha logrado relevar a Juan Pablo II poco a poco y conquistar a miles de fieles.

Tras la muerte de Juan Pablo II parecía impensable que un nuevo papa pudiera sustituirle, pero Benedicto XVI ha logrado conquistar no sólo al seno de la Iglesia, sino también a millones de fieles y se ha mostrado como un Papa especialmente catequista y teólogo. Los que iban a ver a Juan Pablo II, ahora se acercan en silencio a escuchar a Benedicto XVI, un Papa esforzado por evitar el protagonismo de su persona. Por esta razón sustituyó la triple corona de su escudo por un mitra de obispo. El primer año de pontificado se ha caracterizado sobre todo, por sus grandes mensajes por haber defendido con firmeza los valores cristianos de la familia y el matrimonio, recogidos en su primera encíclica Deus caritas est (Dios es amor). Asimismo, ha condenado el aborto, siempre respetando la laicidad del Estado. "La laicidad bien entendida, no contrasta con el mensaje cristiano, sino que es deudora del mismo, como bien saben los estudiosos de historia de civilizaciones". Asimismo, durante este primer año, ha dado continuidad al diálogo religioso que inició Juan Pablo II, pero ha dado un paso más con la República Popular China: un acercamiento encaminado a paliar los problemas existentes de libertad religiosa, Vietnam, la relación con el Islam, de la que ha defendido la importancia del diálogo, y la atención al padecimiento que sufren los africanos. De hecho, en la última reunión del G-8 invitó a los países a "compartir con solidaridad los costes de la reducción de la deuda". En contraste con Juan Pablo II, Benedicto XVI no es muy dado a viajar. Sin embargo, su asistencia a la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia (Alemania) fue determinante para ratificar la importancia de la lucha de los jóvenes por defender su creencia en la religión católica. Asimismo, gracias a la visita que realizó a la sinagoga de la ciudad, consiguió un acercamiento a los judíos. El día en que se cumplía un año de su Pontificado, Benedicto XVI afirmó que "hoy hace un año que los cardenales reunidos en cónclave me eligieron, a mí, pobre persona, de manera inesperada y sorprendente, para suceder al amado Siervo de Dios Juan Pablo II. Junto con vosotros, deseo dar gracias al Señor por la ayuda indispensable que siempre me dio". A pesar de las críticas al comienzo, la labor de Benedicto XVI ha logrado llegar a millones de fieles y, al menos, templar con argumentos los ánimos de quienes hace doce meses le criticaron. Si Juan Pablo II "conquistó corazones" con su gestualidad, Benedicto XVI lo quiere hacer con la palabra.