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SIN ESPINAS

La palabra dada

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión18-04-2004

Regreso. No habló de retirada en ningún momento. La vuelta de las tropas españolas de Irak “cuanto antes” ha sido la primera decisión del presidente Zapatero. Del 'ZP' al 'PZ' ya no hay la permutación de dos consonantes, sino la posibilidad de ejecutar una idea sobre España en el mundo o una promesa que, además, fue eje de su campaña. ¿Con qué visión de Estado la ha tomado? Esa es la pregunta. ¿En qué se sustenta su idealismo hecho decisión? Una sola palabra ha bastado para acabar con una política exterior comprometida con EE.UU. desde que Bush se hiciera con el cargo y nos hablará de no sé qué escudo antimisiles y de no sé qué nueva guerra mundial contra el terrorismo. Algo que no ha dejado de acentuarse desde que él comenzó a vendernos su premonición geoestratégica. De un plumazo, con una sola palabra, y el verbo se hizo acción irrefutable. Con la palabra dada, Zapatero ha sacado a España de la foto de las Azores. En ella, hoy sólo queda Aznar y un macabro recuerdo sobre su escritorio que a todos nos ha traído consecuencias imaginables. Si Kerry llega al poder en breve, tal vez la cosa cambie, pero como mucho volveremos a ser lo que éramos en el concierto internacional. Sin embargo, esto no es dar un paso atrás frente al terrorismo. Esta es una convicción hecha realidad, tal como Aznar hizo la suya en el sentido estrictamente opuesto. Una decisión también muy arriesgada que no sabemos muy bien que consecuencias tendrá pero que, en todo caso, suspende el juicio de deslealtad que Aznar sentenció sobre Zapatero: “Sabe usted, Zapatero -decía Aznar- que si estuviera en el gobierno no defendería esa posición”. Zapatero se muestra con esta decisión en un hombre de convicciones firmes. Una decisión que nos hará perder la posición que había alcanzado España en nuestro continente como interlocutor de EE.UU. en la Unión Europea. Ahora Zapatero tendrá que convencer con su diálogo permanente a Francia y Alemania de que no sean tan prepotentes e insolidarios en todo. Pero me temo que, como los nacionalistas, Chirac y Sroeder le robarán la cartera mientras hablan por hablar. Aznar construyó una estrategia en política exterior que una masacre y una palabra dada -regreso- han convertido en un castillo de papel. Sólo los que se creen Goliat pueden caer con estas pedradas.

Fotografía de Javier de la Rosa