ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Nueva política hacia Cuba, pero con posible fecha de caducidad
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional28-03-2016
La presencia de Barack Obama en Cuba marca un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países. Sin duda, después de décadas de enfrentamiento, ver al presidente de Estados Unidos visitando oficialmente la isla es todo un paso en el inicio de la normalización de relaciones.
Los dos vecinos se encuentran separados por solo 90 millas, aproximadamente 150 kilómetros, pero, a lo largo de los años, la distancia política se fue haciendo, prácticamente, insalvable, hasta ahora.
Tanto a Cuba como a Estados Unidos les interesa explorar nuevas posibilidades, ya que las decisiones adoptadas anteriormente y las tensiones generadas no han tenido los efectos esperados, ni para uno ni para otro. Y qué mejor forma de hacerlo que ir previamente templando las relaciones con apretones de manos en alguna cumbre, con la reapertura de embajadas... Y como colofón, con la visita de Obama al mismísimo Raúl Castro.
Los gestos son importantes en este tipo de situaciones y en numerosas ocasiones valen más que aplicar una férrea política o que pronunciar un duro discurso. Que los cubanos puedan ver a Obama en Cuba, que el inquilino de la Casa Blanca asista a un programa humorístico de la televisión cubana, que hable de apertura, de cambios y de libertad, y que se preocupe por los presos políticos es muy importante.
En primer lugar porque esa imagen humana y cercana de Barcak Obama no se corresponde con la que el régimen cubano ha tratado siempre de mostrar del enemigo yanqui. En segundo lugar, porque Obama está plantando una semilla que puede germinar y crecer cuando los Castro mueran y haya una transición en el poder y un hipotético final de la dictadura.
Aun así, habrá que ver hasta qué punto se produce esa transición o no, porque en Corea del Norte el régimen hereditario se ha mantenido a pesar de la muerte de los dos anteriores líderes supremos, y los norcoreanos cada vez padecen más penurias.
Pese a la incertidumbre que provoque la desaparición de los hermanos Castro, Cuba es un país con recursos y tiene un enorme potencial que se ha visto cercenado por la dictadura comunista que sufre la isla desde 1959. Por tanto, Estados Unidos no puede permitirse el lujo de perder la oportunidad de ir allanando el camino, de estar preparado y de contar con ventaja cuando llegue el momento.
Obama está dando los primeros pasos al respecto, pero su mandato acaba a finales de año. Es de suponer que se continuará avanzando en este asunto si los demócratas conservan el poder en las elecciones de noviembre. Sin embargo, pueden surgir dudas sobre la nueva política estadounidense hacia Cuba si los republicanos llegan a la Presidencia, y aún más si quien lo hace es Donald Trump.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD