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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Greferendum, grexit... una solución traumática

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura3 min
Internacional06-07-2015

En el referéndum en Grecia ha ganado el "No", y lo ha hecho con rotundidad. La mayoría de los griegos apoyan la política negociadora y desafiante que el Gobierno de Alexis Tsipras tiene ante sus acreedores de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.

¿Qué pasa a partir de ahora? Es evidente que el problema de Grecia hay que solucionarlo, pero, llegados a este punto, la forma de hacerlo va a ser traumática en todos los casos. Por tanto, solo falta saber qué grado alcanza el drama y quién es el mayor afectado, si los griegos o los europeos. Una cosa es evidente, como siempre suele suceder en estos casos, es el pueblo llano el que peor lo pasa, ya que los gerifaltes y las grandes fortunas tienen siempre cubiertas las espaldas (y el dinero).

El ser humano es soñador y tiende a aferrarse a cualquier esperanza, por mínima que sea, antes de enfrentarse a un problema grave. No se da cuenta de que es mejor afrontarlo lo más pronto posible para evitar que este se enquiste y las consecuencias sean peores.

Algo parecido ha ocurrido con el caso griego. Los dirigentes de la Unión Europea, en su versión más soñadora, prefirieron hacer la vista gorda con tal de que la integración económica comunitaria avanzara y no dejara a nadie descolgado. De aquellos polvos y de la mala gestión política griega vienen estos lodos.

La izquierda es experta en vender sus logros y  tiene una capacidad sobresaliente para encontrar justificaciones y no asumir sus errores
La concesión de créditos y más créditos a Grecia no soluciona nada si quien los recibe no hace propósito de enmienda, analiza dónde está el agujero por donde se va el dinero y pone soluciones para taparlo. Esto sucede en todos los ámbitos, desde el más alto nivel estatal o empresarial hasta la familia más humilde. 

Seguro que este análisis pormenorizado de la situación también lo ha hecho el Gobierno griego y se habrá dado cuenta de que tiene enormes gastos fijos dedicados a pagar a funcionarios, jubilaciones prematuras, subvenciones...

Sin embargo, los dirigentes griegos prefieren ponerse chulos ante quien les presta el dinero y amenazar a la UE con las consecuencias que tendría la ruptura con Grecia. En este punto, es donde juegan con la emotividad comunitaria, la misma que permitió hacer la vista gorda hace años.

Su actitud la envuelven en un discurso populista que suena muy bien, pero que es inalcanzable en mundo globalizado con tantas interdependencias. La izquierda es experta en comunicar sus propuestas y en vender sus logros, al tiempo que tiene una capacidad sobresaliente para encontrar todo tipo de justificaciones para no asumir sus errores.

El Gobierno griego dice que, a pesar del "No" en el referéndum, quiere seguir negociando y llegar a un acuerdo. La Unión Europea debe decidir si se baja nuevamente los pantalones, sigue prolongando la agonía griega y aguantando el juego de Tsipras, o, por el contrario, prefiere cortar por lo sano y afrontar lo que esto supone para que el problema no siga creciendo y, dentro de unos meses, se esté ante algo aún peor.

Evidentemente, la ruptura con Grecia, además de las graves consecuencias económicas para los acreedores, también sería un golpe emotivo para la Unión Europea. Habría tristeza por ver marchar a uno de sus hijos, e impotencia porque, a pesar de poner todo su empeño en ayudar a los griegos, estos han pecado de soberbia, han sido desagradecidos y se encaminan hacia el precipicio.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD