Algo falla en el periodismo cuando un medio de comunicación decide poner en peligro a sus compañeros de profesión con el único fin de conseguir una exclusiva. Si la vida de tres personas vale menos que unas cuantas visitas en la web, tenemos un problema. Y serio, además.
En este caso se trata del diario ABC que publica antes de tiempo la desaparición - al principio secuestro- de tres periodistas españoles en Siria y lo hace con sus nombres, apellidos y fotos. Una medalla de notoriedad pasajera a cambio de poner en el centro de la diana a tres reporteros de guerra. El silencio era el mejor seguro de vida para ellos, pero han decidido saltárselo a la torera. Y, una vez publicado por un medio y difundido en redes sociales, poco se puede hacer para frenar la noticia. Ya en ese punto, sólo queda seguir informando. Otra cosa, sería contraproducente.
Al dar la exclusiva ni se piensa en ellos, ni se piensa en los familiares, ni se piensa en el resto de compañeros de profesión con los que se había hecho un pacto de silencio. Y antes de dar al botón de publicar hay que pensar, y si hay vidas en juego, hay que darle unas cuentas vueltas más. Y la estrategia de marketing -notoriedad y posicionamiento, incluidos- no debe estar nunca por encima de la información, la verdad, la prudencia, el respeto y la seguridad. Cada cosa a su justo nivel.
Ya sabemos que los medios privados son una empresa, ya sabemos que tienen que sobrevivir y que necesitan lectores y anunciantes, pero si para ello tienen que pisar sus principios, poner en riesgo la seguridad de personas o arrancar de cuajo la verdadera esencia del periodismo, la estrategia de marketing no sólo tiene la máxima prioridad en ese medio sino que, además, es equivocada. Y es una pena que el "vender" más o el ser mejor, sólo por ser el más rápido, estén por encima de la seguridad, del compromiso y del debate moral y ético porque significa también que estarán por encima del periodismo. ¿De verdad merece la pena?
Desde #LaGrabadora de LaSemana.es deseamos que todo quede en un gran susto y que los reporteros freelance desaparecidos estén de vuelta pronto. La labor de servicio que hacen cubriendo zonas de conflicto e informando de lo que allí sucede es inmensa.
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