El pasado lunes se produjo una curiosa coincidencia entre la rueda de prensa de Cospedal y Elena Valenciano. Tanto la popular como la socialista, aunque por motivos diferentes, tras dar su opinión sobre los escraches apuntaron que lo verdaderamente importante era la solución de los desahucios.
La propuesta de la Junta de Andalucía de expropiar los pisos vacíos a los bancos ha espoleado a los dos principales partidos en sentidos diferentes. El PSOE ha visto en esta iniciativa, que genera dudas legales en muchos de sus aspectos, una oportunidad para volver a conectar con la calle. Se trata de la mezcla perfecta, dar solución a una demanda social atacando a los que, junto con los políticos, son los malos de esta película a los ojos de una gran mayoría de españoles.
Esto ha encendido las luces de alerta en el partido del Gobierno porque los escraches estaban reflejando que el Ejecutivo no quería poner remedio al drama social de los desahucios.
Por ello, el PP apoyado en sus grupos parlamentarios ha decidido meter un par de marchas para recobrar el liderazgo político en esta materia. Para lograrlo, los diputados populares encargados de esta materia se esforzaban hoy en explicar que el Gobierno de Rajoy había sido el único en afrontar este problema, una dificultad heredada por un Gobierno socialista que negó la dación en pago en 10 ocasiones, y que la soluciones se flexibilizaban según las circunstancias de los deudores hipotecarios.
En este sentido ha transcurrido el debate sobre el texto legislativo en la Comisión de Economía que una vez aprobado ahora irá al Senado. Ahora las cuestiones a resolver son, ¿quién llevará el liderazgo? ¿los escraches se trasladarán ahora a los senadores?
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