ATRAPADOS (Montserrat Llor, Histórico)

"Atrapados" en el pasado

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Atrapados

Autor: Montserrat Llor

Editorial: CRÍTICA

Género: Histórico

Páginas: 448

Precio: 22,90

Tierra, mar y aire. Tres elementos que recogen historias diferentes con un punto en común: la Guerra Civil española y su influencia en la vida de veinte personas con un pasado un presente y futuro no tan distintos.
Montserrat Llor ha recogido el testimonio de supervivientes del conflicto que enfrentó a familias, vecinos, amigos y separó lazos afectivos que parecían irrompibles.

Está en las manos del lector el querer conocer los testimonios de aquellos que han pasado por el conflicto. El primer capítulo es muy claro en este sentido: “Si queremos olvidar, rememoremos primero aquel pasado porque se acerca el día en que ya no quedará nadie para contarlo”. Ya sea por historias, fotografías, documentos sacados de archivos personales o públicos, la autora  quiere, con este trabajo "recomponer la vivencia de nuestros abuelos, las víctimas del franquismo, de Hitler y Stalin"

En los distintos episodios, nombrados con los anteriormente mencionados elementos, tierra, mar y aire se exponen los testimonios de veinte personas: hombres y mujeres, jóvenes o niños en otro tiempo. Cada nombre que aparece en las páginas del libro revive a través de la narración el comienzo del conflicto, y todo lo que siguió después: el miedo a los bombardeos, la violencia política, la persecución, la muerte, la cárcel, el hambre, el día a día de la población, el exilio...

Son los llamados “hijos de la guerra”, la generación que en plabras de la autora vivió un un desastre y un drama inimaginable, que no se ha transmitido en las escuelas ni a través de los libros de texto, a pesar del buen trabajo de los historiadores, pero siempre ha quedado en el aire el padecimiento de los vencidos en la guerra”

Independientemente del momento o lugar, todos pasaron por una guerra, unos en el centro del conflicto y otros en en la distancia. Los «niños de la guerra», los más jóvenes que tuvieron que enfrentarse a una separación forzosa de lo que para ellos era conocido y amado, para partir a un lugar desconocido, materializado en países lejanos como México o la Unión Soviética. En en el capítulo “Por mar” donde Llor recoge las historias de de Teresa Alonso, de 93 años, que "vio Guernica en llamas y luego devastada"; o Manuel Arce, que "de niño mutilado en las dos piernas en la URSS pasó a ser un eminente neurorradiólogo".

Hoy, los protagonistas de estas historias, convertidos en nonagenarios, incluso centenarios, no dudan en afirmar que, independientemente de la forma en la que se desarrolló su camino, su vida transcurrió atrapados por una lucha que enfrentaba las democracias de algunas potencias europeas contra las nuevas corrientes ideológicas que causaron el enfrentamiento, no solo de territorios, sino de seres humanos.


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