Sheila Levine puede ser una chica de veintitantos cualquiera. Trabaja en lo que puede, en el amor, no le va todo lo bien que le gustaría, y su círculo cercano empieza a presionarla. Llegar a los 30 nunca es fácil y eso, mezclado con la desesperación de verse sin pareja en la caótica Nueva York, la llevan a tomar una dramática decisión: suicidarse. Con esta línea argumental empieza un libro que te hace reír y, aunque parezca extraño, querer vivir.
Sus amigas empiezan a tener parejas formales, trabajos que aman y encima, y solo desde el punto de vista de la protagonista, son más guapas y más listas que ella. Por otro lado está su madre, una mujer de cultura tradicional, en donde la vida de su hija no le termina de gustar y menos que se vaya a vivir sola a Manhattan. Y aunque Sheila lo intenta entender termina convertida en una persona que solo busca un objetivo.
Sheila Levine está muerta y vine en Nueva York fue publicada por primera vez en 1971. La novela, escrita por Gail Parent, está llena de ironías y un humor ácido con el que Parent consigue retratar al personaje femenino. Una novela que se sale de lo habitual y fue considerada la alternativa a las primeras comedias de Woody Allen.
Gail Parent ha sido guionista en series de televisión como Las chicas de oro, Muñecas o The Carol Burnet Show y, con solo 31 años, publicó su único libro, convertido en best seller. A día de hoy sigue siendo real, entrar en los 30 sin pareja sigue siendo un tabú y un problema, especialmente si la presión puede contigo. Pero todo lo que parece un desastre puede dar la vuelta, porque en Nueva York nada es lo que parece.
La editorial Asteroide recupera esta especie de carta de suicidio que llena de emociones al lector. Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York es de esos libros que gusta regalar.
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