Traducida a nueve idiomas por las editoriales más prestigiosas, Diario del Bunker, es una novela muy dura e impactante. Kevin Brooks, su autor, no acostumbra a escribir novelas alegres, pero en esta ocasión si que se echa de menos parte de su humor negro.
Linus, un joven de dieciséis años, se despierta atontado en un búnker. Lo han secuestrado. No entiende por qué. Nadie se comunica con él. Su único contacto con el exterior es un ascensor que baja cada mañana con provisiones. Días más tarde en el ascensor aparecen otras personas a las que también han secuestrado No tienen nada en común entre ellos. ¿Qué quiere el secuestrador? ¿Qué les van a hacer? La cabeza de Linus no deja de pensar.
En muchos sentidos, la historia es más alegórica, una paradoja horrible de un reality show en que se observan las seis victimas a través de cámaras y micrófonos. El ascensor es el único vínculo entre ellos y su secuestrador; cada día sus puertas se abren para franquear alimento sospechoso, instrucciones cuestionables o un perro enloquecido.
Linus, se compara así mismo y a las otras víctimas como si fueran ratas de laboratorio o avatares en un juego de ordenador.
Diario del Búnker, es una novela dirigía a un público juvenil donde una historia cruel enfrenta al lector con una situación límite. Galardonada con la prestigiosa Carnegie Medal 2014 de Literatura infantil, le ha costado al autor una legión de partidarios y detractores a partes iguales, quienes con sus opiniones han abierto un debate en torno a los límites de la literatura juvenil y de las historias que caen en manos de los jóvenes.
Kevin Brooks, de nacionalidad inglesa, es mas conocido por novelas como Lucas, ganadora del North East Book Award en 2004 y Martyn Pig ganadora del Premio Brandord Boase en 2003. Diario del Búnker, ha abierto un gran debate, con lo que el propio autor ha querido salir a la palestra para pronunciarse al respecto: “Los adolescentes están rodeados 24 horas al día por cosas mucho peores. No estoy escribiendo sobre esto de un modo provocativo ni gratuito, todo lo que he escrito es realista e imaginable (…) Si, es cierto que no tiene un final feliz, pero dentro de la historia hay bondad genuina y amor y protección, y si eso no es una mirada positiva de cómo los seres humanos pueden comportarse es una situación desesperada, no sé lo qué es”.
Al margen de la polémica sobre la idoneidad de un libro de este tipo para los lectores jóvenes, también es una profunda reflexión sobre la fuerza del hombre para combatir la adversidad.
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