Nueva noche para el recuerdo blaugrana en Wembley. En el mismo escenario en el que el conjunto culé conquistó su primera Champions, los de Valverde exhibieron su poderío en Europa, con una actuación grupal casi perfecta y con una actuación individual sobresaliente: la de Messi. Y es que da la sensación de que cuando el astro argentino se lo propone, el Barça es capaz de todo, de meter cuatro al Tottenham y de generar un sinfín de ocasiones que pudieron ampliar la goleada.
El primer gol llegó en el primer minuto del encuentro. Tuvo mucho mérito la buena jugada de los hombres de Valverde pero también mucho demérito de Hugo Lloris que salió a por un balón al que ni mucho menos podía llegar y dejó libre la portería para que Coutinho marcara a placer tras la buena asistencia de Jordi Alba. La ventaja tan tempranera hizo su efecto en la mente de los jugadores de ambos equipos. Al Barça le dio tranquilidad para desplegar la mejor versión su fútbol y al Tottenham le supuso una losa difícil de levantar. El conjunto de Pochettino, caracterizado por su organización táctica y su buen hacer defensivo, fue incapaz de parar las acometidas culés.
Un disparo lejano de Kane sin mucho peligro que detuvo Ter Stegen fue lo único destacado del cuadro londinense antes de que Rakitic ampliara la ventaja con un potente derechazo desde fuera del área imposible de detener para el meta internacional francés del Tottenham. Si en la primera parte ya se estaba viendo un partidazo, en la segunda el espectáculo iba a mejorar porque el Barça iba a aumentar aún más sus prestaciones y el conjunto inglés, herido en su orgullo, iba a demostrar coraje y a meterse en el partido hasta en dos ocasiones.
Los primeros minutos de la segunda parte fueron un recital de Messi. Dos jugadas suyas acabaron en el poste de Lloris cuando no se habían cumplido los cinco minutos. Y de lo que podía ser un 0-4 sin exagerar lo más mínimo se pasó a un 1-2 después de que Kane demostrara su clase. El delantero inglés hizo dos recortes para sentar a Semedo y colocó un disparo potente y cruzado lejos del alcance de Ter Stegen. Wembley rugió con el tanto inglés buscando dudas en el Barcelona pero no las hubo. Y menos con Messi en el campo.
Sólo cuatro minutos después, el argentino buscó a Jordi Alba en banda y el centro del lateral azulgrana lo acabó rematando el propio Messi. Sin embargo, ningún partido del Barça está siendo tranquilo esta temporada y en Wembley no iba a ser diferente. Un disparo de Lamela desde fuera del área dio ligeramente en Lenglet y puso 2-3 en el marcador a falta de 20 minutos para el final del encuentro. El Tottenham se volvió a meter en el partido y con 90.000 almas apoyándole.
Lucas Moura tuvo oportunidad de empatar un partido que por mucho debía ir ganando de goleada el Barcelona, vistas las ocasiones claras de uno y otro equipo. Pochettino dio entrada a Fernando Llorente pues el plan para el tramo final iba a ser colgar centros al área desde cualquier lugar. Dos córners cerca del desenlace metieron el susto en el cuerpo a la parroquia barcelonista hasta que Messi cerró el partido con un nuevo gol a pase de Jordi Alba tras otra dejada de Luis Suárez. Dos partidos, cinco goles, Messi quiere la Champions y no va desencaminado.
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