Ante el fenómeno mundial de 50 sombras de Grey, que defiende un punto de vista bastante inadecuado sobre lo que es el amor, llega a las pantallas españolas una película que muestra una relación tóxica pero, vista desde otra perspectiva más real y complicada, más acorde con los testimonios de las víctimas. Esta visión más realista de las relaciones tóxicas enseña que la violencia no es amor, a diferencia de la versión edulcorada que ofrece el señor Grey, que vende dicha violencia bajo una historia romántica falsa, alejándose bastante de la realidad.
Refugiado cuenta la historia de Laura y Matías, una madre y su hijo que se ven en la obligación de abandonar su hogar, pues la situación allí ha superado límites, siendo ella la víctima de las brutales palizas y amenazas de su marido; una violencia que en ocasiones involucra al pequeño, que por su temprana edad desconoce el sentido de lo que se está dando en casa. Laura decide marcharse, embarazada y a cargo de un niño de siete años, pero su huida no será fácil, pues Fabián, el agresor, los buscará sin cesar. No obstante, sus temores se entremezclan con la valentía de su decisión y el esfuerzo que asume al tener que afrontar un pasado lleno de errores y un futuro que se presenta incierto. Pero ya no se arrepiente de nada, no es culpable por nada.
La situación que presenta Refugiado es la vida de muchas mujeres que cada día sufren cualquier tipo de violencia. No se debe olvidar que existen casos de maltrato hacia los hombres, aunque son más comunes los ataques a mujeres, como la de la historia de Laura. Además, uno de los sujetos más vulnerables de estas situaciones son los niños, pues bastantes presencian esta violencia en sus hogares.
Una película así es necesaria actualmente, ya no solo por el mal ejemplo que se está observando en 50 sombras de Grey, si no porque se debe concienciar a los jóvenes, y más cuando se conocen datos bastante alarmantes sobre este sector de la sociedad española. Según un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los menores de 30 años están presentando ciertas conductas más acordes con otros tiempos. El 33% considera “aceptable” controlar a sus parejas, una de las cifras más reveladoras de esta investigación. Y esto es lo que sucede en España, por no hablar de lo que puede darse en otros países como Argentina, donde se desarrolla la trama de la película.
Algo muy interesante de este nuevo trabajo del director Diego Lerman es el hecho de que en ningún momento el espectador ve la cara del maltratador. Solo se escucha su voz, se nota su presencia pero, no se le identifica. De esta manera, se crea una sensación de agobio y desconcierto, poniéndose en la situación de la protagonista, la cual huye aterrada. Sin embargo, no deja de sentir que la persiguen.
Por otro lado, la relación entre madre e hijo es digna de análisis, siendo muy estremecedor el comportamiento del pequeño, propio de los niños de su edad que no son conscientes de lo que están viviendo y todo es nuevo y extraño para ellos. Además, Matías se ve obligado a crecer. Madura antes que los demás para cuidar de sí mismo y de su madre, enseñando el vínculo tan fuerte que nace a raíz de las adversidades.
Una película que no se centra en mostrar la violencia, sino el sufrimiento de los protagonistas y cómo intentan salir adelante. Una opción que invita a reflexionar sobre un tema social y también sobre uno mismo, pues “en la vida todo tiene solución, menos la muerte”, como ambos protagonistas se suelen recordar.
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