Actores: Meryl Streep, Emily Blunt, James Corden, Anna Kendrick, Chris Pine, Johnny Depp
Género: Musical
Duración: 124 minutos
País: EEUU
Año: XXII
Nació Harry Potter y todo el mundo quería ser mago. Nació Crepúsculo y toda la industria de la literatura, la televisión y el cine se volcaron en la creación de historias de vampiros. Pasado el furor de las pócimas y la sangre, se ha apreciado un incremento en el interés por los cuentos, sobre todos los de las princesas. Series como Érase una vez o las nuevas versiones que Disney está filmando de sus clásicos, como ha sido el caso de Maléfica o próximamente Cenicienta, son un adelanto de lo que le espera al público en los próximos años. Lo más interesante de todos estos proyectos que están saliendo a la luz es que han dejado a un lado los dibujos animados para contar las tramas a través de actores reales. Además, las historias pueden variar y tienden a provocar una reflexión sobre ciertas conductas; unas reflexiones que entenderá más el público adulto que el infantil, algo diferente a lo que se estaba acostumbrado.
Como de otra forma no podía ser, Disney estrena su nuevo trabajo, Into the Woods, basado en el aclamado musical de Broadway de finales de los años ochenta y que cuenta con varios premios Tony. La historia muestra varios cuentos que se van entrelazando, pudiendo ver a Rapunzel, Cenicienta o Caperucita Roja, entre otros muchos personajes de las historias infantiles típicas de los Hermanos Grimm.
El director de esta adaptación cinematográfica, Rob Marshall, andaba detrás de la idea de llevar el musical a la gran pantalla desde hacía varios años. Consiguió confirmar el proyecto con Disney en 2012, a pesar de sus fracasos anteriores con otros musicales, como es el caso de Nine, o con la propia compañía, con Piratas del Caribe: En mareas misteriosas. Sin embargo, y a pesar de la emoción con la que el director ha acogido el proyecto, puede que uno de los puntos más flojos que presenta el largometraje es la dirección, la cual se ve sumamente perdida al no encauzar correctamente la narración en la parte que corresponde al segundo acto.
Aún así, no es una mala película. En muchos aspectos tiene una calidad insuperable. Uno de los más comentados ha sido el vestuario, con ciertos elementos en los trajes muy acordes con la personalidad, los sentimientos y la situación que viven los personajes. Por el magnífico trabajo de la diseñadora Colleen Atwood, la película cuenta con una nominación a los Oscar en la categoría de Mejor Vestuario, además de Mejor Diseño de Producción y Mejor Actriz de Reparto, pudiéndose así llevar Meryl Streep su cuarta estatuilla.
Y es que las interpretaciones en la película son impecables. Empezando por la nominada a los Premios de la Academia, a Meryl Streep este tipo de personajes tan extravagantes le vienen como anillo al dedo y más cuando tiene que hacer de la mala de la historia, un papel que a los actores les suele gusta encarnar.
Otro conocido actor del que se esperaba mucho es Johnny Depp, que interpreta al lobo de Caperucita Roja. No obstante, es un personaje que aparece poco en la película, por lo que se podría decir que no es uno de sus mejores papeles.
Por otra parte, los grandes protagonistas, James Corden y Emily Blunt, que encarnan a los panaderos, muestran gran talante como conductores de la trama. Otro personaje de gran relevancia es la Cenicienta, a cargo de Anna Kendrick, con una excelente actuación, aunque parece que se está encasillando de manera definitiva en el género musical.
Pero, en un musical lo importante es la música. En esta versión cinematográfica se respeta bastante la obra original, aunque por supuesto la forma de interpretar las canciones no es tan potente como la de un teatro, pudiendo recordar al estilo que ofreció Los Miserables en 2012. Muchas de las voces, como las de la bruja o el lobo son más dulces que las de Broadway. En definitiva, es una película que no disgustará a los verdaderos amantes de los musicales, un género que se está volviendo a popularizar.
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