Actores: Gary Piquer, José Luis García Pérez, Víctor Clavijo, Macarena Gómez, Leticia Dolera, Manuela Velasco, Enrique Villén, Belén López, Carlos Hipólito
Género: Thriller
Duración: 130 minutos
País: España
Año: XXII
La apuesta de Garci era arriesgada. Los detectives más famosos de la literatura no habían visitado nunca España, ni en novela ni en cine. El intento de embarcarles en un viaje a Madrid, donde Jack el destripador retoma su actividad asesina, acaba siendo un despropósito mayúsculo en una etapa que ya se puede denominar como ‘el bajón de Garci’, desde Ninette.
El aspecto más difícil era lograr recrear el Madrid del siglo XIX y darle el aspecto oscuro y tenebroso que requería la historia. El director solo lo consigue con alguna escena nocturna, el juego de pósters y los escenarios interiores. Todo a pesar de que a Garci se le da bien teletransportar al espectador a la España antigua, como logra con Tiovivo, Luz de domingo o Sangre de mayo. Esta vez lo hace de la forma más sencilla y superficial. No en vano, los escenarios se repiten hasta la saciedad, como el burdel en el que tan bien se lo pasan los protagonistas.
La recreación hubiera pasado desapercibida de haber cuidado lo primordial: el guión. El descrédito de “Jolms y Guasón” se pierde por completo al oírles pronunciar un español castizo, dotado de algún latiguillo para disimular el ‘british’. Pasan de hablar en marcado castellano en su propia morada de Londres para, de repente, entonar una breve conversación en inglés en una tasca madrileña.
Pero no es lo más grave. Cualquiera que haya visto o leído algo del detective inglés se dará cuenta enseguida de que Gary Piquer se asimila más a Mortadelo que a Sherlock Holmes, ncluso Basil, el superdetective tiene mayor parecido. Y con razón. Este actor admitió en la rueda de prensa posterior al pase, no haberse leído nunca un libro del personaje de Conan Doyle. Y lo decía todo orgulloso.
Por no hablar de Watson. García Pérez se parece más a Curro Romero que al inestimable compañero del detective, clásicamente caracterizado como un hombrecillo inteligente y modesto. Su objetivo: ligarse a todas. Carcajadas en la sala.
Y así deambulan Holmes y Watson (que bien podrían ser Pepe Gotera y Otilio), pasándoselo genial por las calles de un Madrid pícaro y temeroso ante la amenaza que supone Jack el destripador. Y cuando la intriga y el thriller se van por las alcantarillas, toca resistir el diálogo lento y pastoso (de dos horas) que tanto le gusta a José Luis, esta vez completamente innecesario. Decepción.