Actores: Jorge Sanz, Juan Dora, Esmeralda Moya, Miriam Benoit
Género: Comedia
Duración: 100 minutos
País: España
Año: XXII
Jorge acompaña a su sobrino a Cuba, el pobre chico tiene que solucionar un embrollo amoroso, pero no es que se sienta excesivamente preocupado por el asunto. Él y su tío deciden recorrer la exótica ciudad en una Harley Davidson, olvidar los problemas y disfrutar del sol, las buenas y no tan buenas compañías y, por supuesto, las jovencitas que tengan oportunidad de atrapar. Nadie les advirtió que unos días de desahogo se iban a convertir en una de los mejores viajes de su vida. Si por diversión extrema se entiende andar desmelenado las veinticuatro horas, desfasar y sacar el animal más agresivo y ordinario que todo hombre lleva dentro comportándose como un auténtico “macho-man”.
El director de Clara no es nombre de mujer intenta, sin demasiado éxito, crear una comedia juvenil y “malota” al uso. Que se sepa hay bastantes películas españolas de corte humorístico que consiguen atrapar al espectador y dejarle con una sonrisa en los labios al concluir, prueba de ello son Cinco metros cuadrados, con Fernando Tejero y Malena Alterio, o la saga Torrente, protagonizada por Santiago Segura. Puede que esta última sea la mar de grosera, pero tiene una chispa que llega al público. Se ve que algo así ha intentado Pepe Carbajo con su última producción, Clara no es nombre de mujer, pero se ha quedado a las puertas.
Un guión bastante simple es la primera pega. No habría problema si fuera prometedor aunque sencillo, pero no es simple, es básico, y con esto se quiere decir vulgar, sin trasfondo, sin mensaje, sin nada. Busca la risa fácil. Abusa de los chistes torpes, malos y crispantes.
Ver a una panda de hombres ya maduritos comportarse como si fueran niños de cinco años no provoca precisamente carcajadas, bueno, igual sí, depende de quienes sean los chicos y de las tonterías que hagan. En este caso tampoco eso es demasiado pasable. El elenco de actores, entre quienes figuran Jorge Sanz, Juan Dora o Esmeralda Moya, está bien escogido, pero tal vez sea problema de sus personajes, no resultan demasiado simpáticos, no terminan de comunicar, no consiguen el afecto de los visionarios. No es culpa suya, sus papeles son lo que son y dan lo que prometen, tampoco se pretende que tengan una inteligencia reseñable o una conciencia demasiado decente. Se ajustan bien a su talla de gamberros patosos.
Lo dicho anteriormente no es muy positivo, pero tampoco hay que exagerar. Tendrá defensores seguro, para algo se proyectará en la gran pantalla. Su público no será escaso. Cantidad de adolescentes en pandilla irán a verla para echar la tarde y pasar unos momentos desenfadados, que al fin y al cabo, es el objetivo perseguido.
Resumen: resultado más o menos mediocre que sirve para lo que sirve, y a muy duras penas. Esto no equivaldrá a un fracaso de taquilla, pero falta calidad. Eso sí, a la gente también le gusta divertirse de vez en cuando, aunque se abuse de la socarronería. Es que si se quiere correr, primero habrá que aprender a arrancar la moto.