Actores: Jason Biggs, Alyson Hannigan, Sean William Scott, Tara Reid, Mena Suvari, Chris Klein, Thomas Ian Nicholas, Jennifer Coolidge, Eugene Levy
Género: Comedia
Duración: 113 minutos
País: EEUU
Año: XXII
Los adolescentes fiesteros más famosos de la pantalla han crecido. Muchos ya tienen trabajo, mujer, han sentado la cabeza... ¿o no? Trece años después de aquel mítico baile de fin de curso en el que perdieron la virginidad, Jim y sus amigos de promoción se reúnen de nuevo en American Pie: El reencuentro para recordar viejos tiempos y darse cuenta de que, tras una década, sus cabezas siguen bombeando hormonas.
A base de ingeniosos diálogos, esta entrega no deja de ser tan pajillera y plana como sus predecesoras, pero sin embargo igual de irresistible a la diversión y a la carcajada. Sin duda el plato fuerte de esta reunión es Stifler, quien vuelve a poner sus dotes gamberriles en escena y nos hace recordar que el gran “Stiefmaister” sigue en plena forma, negado a tener que renunciar a la diversión para sentar la cabeza. Y como no podía faltar en ninguna entrega de American Pie, el padre de Jim vuelve a aparecer en escena de una forma entrañable. Fiel a su batería de consejos, ve cómo su hijo ya no es aquel chaval que se masturbaba con una tarta, sino que ahora tiene un bebé y ya es un hombre como él, con el que puede compartir consejos y experiencias.
Resulta imposible no reírse con las picantes aventuras de estos cinco amigos (Jim, Stifler, Oz, Finch y Kevin), ya treintañeros pero con el espíritu aún en plena forma. La nostalgia mantiene a flote una historia que podría ser tópica y predecible, pero no faltan las frases y pillerías que nos hacen rememorar los mejores puntazos del resto de entregas. Gran parte del elenco de las primeras cintas vuelve a reencontrarse, y a falta quizás de algún secundario todos tienen su peculiar y cómica aparición. Personajes que han continuado con sus vidas de formas dispares, pero sin olvidar aquellas fiestas dominadas por el punk-rock y el alcohol.
Quizás sea que un servidor ya no es la misma hormona con patas que se desternillaba en el cine con las pilladas a Jim, o que babeaba al ver a tanta tía junta en bikini. O tal vez se trate de ese mensaje entre líneas que parece decirte a voces: “Eh tú que has crecido, ya no estás en el instituto, búscate la vida”. Pero no he visto nada en American Pie: El reencuentro que asome la cabeza por encima de las otras, aunque sí es capaz de dibujar una sonrisa y aumentar las ganas de disfrutar aún más la vida junto a los amigos, sin importar cuántos trenes puedan llevarte a la estación de la rutina y el aburrimiento.