Actores: Ada Condeescu, Mihai Constantin, Clara Voda
Género: Drama
Duración: 94 minutos
País: Rumanía
Año: XXII
La adolescencia es una época dura, de eso no hay ninguna duda, pero si te la pasas encerrado en un centro de menores por un acto que tú no has cometido aún más, es mucho peor. Esto mismo es lo que le pasa al protagonista de este filme que cuenta esa época por la que todo el mundo pasa, además de sus propios problemas, el joven tendrá que lidiar con su familia y su primer amor, que nunca es fácil.
El director Florin Serban se pone en la piel de la juventud, claro que a todos no nos pasa lo que le ocurre al protagonista (¡menos mal! el tener una vida tan agitada como la de él!) que acabaría con la cordura de más de uno. Ese es el problema principal de la película, que no consigues entrar en la acción de la misma en ocasiones, pero sobra decir que también en los noventa y cuatro minutos de duración el espectador se encontrará con lo que, hoy en día muchos directores olvidan, hacer buen cine.
Aunque en Si quiero silbar, silbo la historia sea dura, las actuaciones de los actores son sobrecogedoras. Cabe destacar la de Mihai Constantin, que actuará del joven protagonista que, a fin de cuentas, nadie entiende, pero eso no es razón para actuar como en ocasiones hace el propio personaje de la película.
Todo el mundo sabe que la adolescencia no es, ni mucho menos, la mejor época de la vida de alguien, todos hemos pasado por momentos duros en esa etapa de nuestra vida, pero eso no quiere decir que el fin justifique los medios