Holanda venció en Brasilia por 0-3 a la anfitriona de esta edición del Mundial. Brasil volvió a dar una mala cara tras el histórico 1-7 de días antes frente a Alemania. Scolari hizo algunos cambios en el once inicial, entre los que destaca Fred por Jô. Al otro lado del campo, Holanda salió prácticamente intacta, salvo Sneijder que no llegó a jugar por lesión en el calentamiento. Tras este tercer puesto de Holanda, se acaba la era Van Gaal, que pone rumbo a Manchester, con un aprobado bastante alto y un relevo generacional aún por completar en los próximos años.
Si algo mata los esquemas y planes de un entrenador de fútbol es un gol en los primeros minutos de partido. Y si el árbitro del partido señala un penalti que no lo es y saca tarjeta amarilla, en vez de roja, puede ser un inicio de desastre. Y aunque Thiago Silva siguiera sobre el campo injustamente, el desborde siguió su curso. Una falta clara, pero dentro del área dio el primer gol del capitán Van Persie para la selección holandesa. Y aunque la afición del estadio de la capital de Brasil estaba animada, en algunos tramos del partido, se escucharon pitos para su equipo.
Sin Neymar, Fred ni Marcelo, Brasil salió a jugar al estilo Scolari. Aún duraba ese martillo clavado en las estrellas del escudo después de las semifinales contra Alemania. El rival tampoco ayudaba y menos Robben que completó un gran Mundial, a pesar del flojo partido frente a Argentina. Van Gaal.
Robben era el hombre a vigilar por Brasil. Y Oscar apareció para ser el homólogo de Robben en Brasil. Hoy estaba jugando más en el centro y fue donde creó peligro. Un tiro del mediapunta del Chelsea fue detenido por Julio César en la media hora de partido. Durante gran parte del partido, la ‘Canarinha’ fue un conjunto de individualidades más que un equipo. De vez en cuando, Maicon profundizaba desde el lateral para anotar un gol en el marcador. No era cuestión solo del ímpetu brasileiro que buscaba ser parcialmente perdonado por sus aficionados, sino un gran planteamiento defensivo de Van Gaal. Los centrales a buen ritmo, sobre todo Vlaar que se consolida como una de las perlas del futuro holandés. También Blind que ha rendido de manera genial. Incluso el veterano Kuyt, cuyo jugador algunos acabamos perdiendo la pista tras Liverpool, ha rendido de manera notable. El nivel de esta selección, que empezó en junio goleando a España, ha sido bueno en general.
Al cambiar de camiseta, vemos a una Brasil descompuesta. Tanto Thiago Silva y David Luiz no estuvieron finos ni siquiera en los aspectos más básicos. Un centro típico de entrenamiento fue mal despejado por David Luiz y que aprovechó de manera magistral Blind para certificar un buen sabor de boca que iba en camino: 0-2, minuto 17. El miedo a otros siete goles se notaba en el amarillado estadio, aunque, por fortuna para los corazones de los brasileños más aférrimos, esto no ocurrió.
La segunda parte fue menos interesante en el contexto de juego: Fernandinho entró por Luiz Gustavo y subió el endurecimiento del juego brasileño. Algo que pudo ser peligroso, ya que, pudo quedarse con menos de los once jugadores del campo. El árbitro argelino Djamel Haimoudi no llegó a sacar ninguna cartulina roja, pero no por méritos de los brasileños. Algunas camillas se pudieron ver durante la segunda parte. Por suerte, ninguna llegó a sacar a ningún participante del terreno de juego.
Solo Wilndajum rompió la rutinaria segunda mitad de partido con un buen disparo que Julio César pudo llegar a parar. Un 0-3 en el descuento que provocó algunos pitos merecidos para la selección local que ya veía como algunos de sus fans ya no creía en ellos. Es un duro palo para la selección brasileña que deberá lavar esta mala imagen ante futuros compromisos internacionales si quiere optar a la próxima copa del Mundo en Rusia.