La ‘naranja mecánica’ tiene mil vidas. No será la mejor Holanda, pero sí de las más competitivas. Tras una horrible primera parte se irguió imperial apoyada en su ‘vieja guardia’ y levantó en apenas dos minutos el marcador, colándose en los cuartos como el primer gran representante del maltrecho fútbol europeo. Los goles de Sneijder y Huntelaar de penalti salvaron el orgullo de la ‘orange’, que remontaron el tanto del mexicano Gio.
Van Gaal tiró la primera mitad. Empecinado en su apuesta defensiva entregó el balón a los mexicanos, que maniobraron a su antojo durante los primeros 45 minutos. A punto estuvo Gio de marcar el primero, pero una gran intervención de Cillessen salvó los muebles holandeses. En unos primeros 45 minutos marcados por el insufrible calor, agravados por la humedad brasileña, hasta a los mexicanos les costaba mantener el físico. Jugar partidos a las seis de la tarde, la una allí en Brasil, es un atentado contra el fútbol. El espectáculo queda lastrado por el cansancio de los jugadores, que se mueven como si estuvieran el los minutos finales de una insufrible prórroga.
En el 48’ de partido todo cambió. Gio marcó de potente zurdazo, haciendo justicia en el electrónico, pues México era el único equipo que había propuesto algo de fútbol durante los primeros 45 minutos de juego. La ventaja mexicana supuso el despertar de Holanda, que recordó su noble historia y empezó a jugar al fútbol. Cuando Sneijder y compañía deciden quitarse el corsé defensivo impuesto por Van Gaal el equipo cambia por completo. La ‘orange’ empezó a intimidar a los mexicanos, moviendo el balón con criterio y peligro. Robben comenzó a ser un puñal por su banda, sacando los colores a Márquez, y Huntelaar, que salió en sustitución de Van Persie, inquietaba en cada balón que recibía de espaldas. Se mascaba la tragedia, cierto, pero más cierto era también que México seguía ganando 1-0,y a falta de 4 minutos para terminar el partido estaba con un pie y medio en octavos. Pero Holanda se cansó de asustar. De dos embestidas dejó a México K.O, desterrándola del Mundial de la manera más cruel, cuando ya tocas la miel con los labios. El primero golpe lo propinó Sneijder en el 88’, con potente zapatazo que entró como un obús en la portería de un atónito Ochoa. Y el tiro de gracia lo propinó Huntelaar en el 94', marcando con infinita tranquilidad un penalti cometido por Márquez sobre Robben. México lloraba, Holanda festejaba. La ‘naranja mecánica’ nunca muere.