Con los focos de medio mundo apuntando al partido entre Italia y Uruguay se enfrentaban en Belo Horizonte los otros dos integrantes del grupo D. Dos equipos en antagónico estado moral. Inglaterra llegaba eliminada, tras sendas derrotas ante Uruguay e Italia. Pese al buen nivel de juego mostrado por los ‘pross’ en esta cita mundialista, la dificultad de ‘grupo de la muerte’ acabó con sus huesos fuera de competición antes de lo planeado. Enfrente, la revelación de torneo, la matagigantes, la cenicienta que ha agarrado los tacones en la mano y a zapatazo limpio a hecho morder el polvo a Italia y Uruguay. Costa Rica ha protagonizado uno de las grandes gestas de la decana historia mundialista y estaba a solo 90 minutos de pasar a octavos como líder. Buenos mimbres para ver un partido atractivo, pero que finalmente finalizó con una apático 0-0 ante la falta de mentalidad ofensiva de ambos conjuntos.
Empezó llevando la iniciativa el equipo ‘tico’, jugando al ritmo de Joel Campbell, su principal estrella, que a punto estuvo de abrir el marcador con un tiro lejano. Pese al buen inicio de Costa Rica pronto se hizo Inglaterra con el mando del partido. Hodgson alineó un once plagado de las más jóvenes promesas inglesas. Jugadores como Shaw, Lallana o Barkley, no habituales en el once inglés. Junto con los últimos cachorros que ha dado Inglaterra jugaba un veterano en su último partido con su selección: Frank Lampard. La eterna estrella de la selección inglesa dejará de brillar para siempre, ya con 36 primaveras a sus espaldas. Pese a lo emotivo del encuentro el empate le valía a Costa Rica para ser primera de grupo y enseguida los ‘ticos’ cedieron a Inglaterra el dominio del balón. Solo Sturridge parecía querer romper el aburrido guión del partido, pero fueron los sudamericanos los que en el minuto 23 tuvieron la primera clara: un libre directo que Borges estampó contra el travesaño. Despertó Inglaterra tras la gran ocasión costarricense, pero no tuvieron ni ganas ni ideas suficientes para hacer pasar apuros a Keylor Navas.
Tras el buen juego mostrado por los de Hodgson en sus dos primeros partidos, en esta ocasión la dejadez campó a sus anchas por el terreno de juego. El verse eliminados del torneo ha minado la moral de unos jugadores, en su mayoría muy jóvenes, que venían a Brasil con mayores expectativas. Costa Rica tampoco era partidaria de participar en el espectáculo, ya que el punto les era suficiente para mantenerse líderes de grupo. Y cuando a dos equipos no les interesa jugar al fútbol ocurre lo inevitable, el partido acaba con empate a 0-0. Pero tras los 90 minutos el discreto final de partido dejó hueco para las emociones. Costa Rica pasaba finalmente como primera. En un grupo con Inglaterra, Uruguay e Italia, que juntas suman siete entorchados mundiales, la más pequeña se ha paseado invicta ante el asombro del mundo entero. Junto con la alegría sudamericana, la solemnidad de los huestes inglesas, despidiendo en pie, orgullosas, a toda una leyenda de su fútbol. Frank Lampard no volverá a vestir el blanco de su nación, pero quedará en la memoria de todos, pues su calidad y entrega le hicieron eterno en este mundo plagado de mortales. Él se aparta a un lado, sabedor que ahora le toca el turno a la nueva generación inglesa, a los Sterling, Sturridge, Baines, Barkley y compañía. La Euro de Francia se divisa en dos años e Inglaterra, seguro, tendrá mucho que decir.