África encuentra en Ghana a sus héroes
LaSemana.es.- El continente negro tiene ya una selección que abandere toda la ilusión y el entusiasmo que han puesto en este Mundial, el primero que se celebra en su tierra. Africanos de todos los países vibraron con la victoria de Ghana sobre Estados Unidos, que prolonga el sueño de los ghaneses y les clasifica para los cuartos de final, donde se medirán a Uruguay. Los yankees, uno de los equipos que más emoción han brindado a los espectadores en Sudáfrica, se volvió para casa al pagar caros dos errores puntuales en los dos goles de su rival.
Estados Unidos 1 – Ghana 2
Estados Unidos y Ghana se citaron en Rustenburgo con la certeza de que se encontraban ante una oportunidad histórica. El que se llevara el triunfo, se mediría en cuartos de final a Uruguay, lo cual constituía una ocasión como pocas para lograr algo grande en un Mundial por primera vez en todas sus participaciones. Sin embargo, esa ilusión que destilaron los 22 jugadores al entonar con fervor sus respectivos himnos nacionales, sólo la reflejó Ghana en su juego tras el saque inicial.
Los africanos, sin excesos ni adornos en su juego, fueron puro fuego, contundentes en la presión y en la recuperación del balón, y directos en ataque. Gracias a ello, aprovechando un robo en el centro del campo, los ghaneses se adelantaron pronto, con un golazo de Kevin Prince Boateng, una de las gratas sorpresas de este Mundial. Toda África, volcada con el único combinado del continente negro que aún no había sido eliminado, vibró con el tanto que daba la ventaja a Ghana.
Estados Unidos, más acostumbrado al juego elaborado y el trabajo de equipo, no encajó bien el golpe. La fortaleza de los mediocentros africanos les impedía hilvanar las jugadas a su gusto y ello hizo que perdieran por un momento la paciencia y, con ella, sus señas de identidad. Los yankees trataron de reaccionar haciendo cada uno la guerra por su cuenta. Y eso no gustó a su entrenador, que realizó un cambio a la media hora de juego –Ricardo Clark dejó su lugar a Maurice Edu– para dar un toque de atención a los suyos.
La estrategia funcionó, porque los de Bob Bradley volvieron a combinar como saben y se plantaron en el área contraria con argumentos más serios, algo que no habían logrado en todos los minutos anteriores. La oportunidad más clara fue para Robbie Findley, que no supo definir cuando un remate cruzado le habría bastado para superar al portero. Los disparos lejanos de Clint Dempsey también hicieron trabajar al guardameta. Sin embargo, la mejor ocasión de gol la tuvo Ghana en los pies de Kojo Asamoah, que en una exhibición de potencia se plantó ante Tim Howard pero se topó con una impresionante parada del guardameta norteamericano.
A Bradley, todo un maestro de la estrategia y la motivación, le bastó un nuevo cambio y un discurso en el descanso para cambiar completamente la cara de su equipo. Estados Unidos fue el único dueño del partido y, con Dempsey y Landon Donovan pegados a las bandas, Ghana sufrió en cada ataque de su oponente. La primera gran combinación entre los delanteros estadounidenses no acabó en gol por una excepcional parada de Richard Kingson al recién incorporado Benny Feilhaber. Pero el muro no tardó en caer, y tras varios intentos Dempsey forzó un penalti que Donovan convirtió con frialdad, pegando el balón al poste.
Ghana hacía tiempo que se había acomodado ya en su mitad del campo, calmados los jugadores con el resultado a favor. El tanto pareció anestesiar también por unos minutos a Estados Unidos. Pero la amenaza de la prórroga no parecía conformar a ninguno, en especial a los gringos, que se pusieron las pilas en el tramo final. En una de las mejores jugadas colectivas de los de Bob Bradley, su hijo, Michael Bradley, remató demasiado flojo a las manos de Kingson. Jozy Altidore pudo dictar sentencia tras superar por potencia al defensa y plantarse frente al portero. Pero su remate, cayéndose, salió rozando el palo. El tiempo extra fue inevitable.
Aunque Estados Unidos había sido mejor en líneas generales, la historia del inicio del partido se volvió a repetir al comienzo de la prórroga. Un despeje descontrolado de los ghaneses le cayó fortuitamente a Asamoah Gyan quien, tras batir en una carrera de fuerza a los centrales estadounidenses, enganchó un tremendo zurdazo para volver a adelantar a su equipo. Casi sin aire, los yankees apenas encontraron fuerzas para reaccionar. Sólo en las jugadas de estrategia lograron los de Bradley crear algún peligro. Los ghaneses, más enteros físicamente, sólo tuvieron que aguantar los últimos arreones de garra de su oponente para lograr la victoria.
Goles: P. Boateng (5’), Donovan (62´p.) y Gyan (93´)