España vuelve solventar con una paliza otro partido más del Mundial, esta vez contra Senegal. Los de Juan Antonio Oregan se pusieron pronto por delante en el marcador para dominarlo el resto del choque. El juego interior de la selección volvió a ser vital tanto en ataque como en defensa para conseguir la victoria. Pau Gasol con 17 puntos fue el máximo anotador, una vez más, pero esta no fue la única buena noticia. Cabe destacar la aportación ofensiva de Serge Ibaka, la puntería desde la línea de tres de Calderón, las garantías que dan los hombres del banquillo como Reyes, Llull o Sergio Rodríguez y el grandísimo estado de forma de Ricky Rubio, el canalizador del juego de España.
España se puso por delante desde el principio del partido con bastante facilidad. Ricky Rubio y Pau Gasol fueron los grandes protagonistas en el primer cuarto, entre los dos tiraron del carro en la faceta ofensiva e incluso dejaron algunas jugadas espectaculares de las que gustan a los aficionados, repitiendo en varias ocasiones el alley oop. Ricky estuvo acertado en el tiro y, como casi siempre, en la dirección del equipo, sabiendo poner la pausa y lanzar rápidos contraataques cuando tocaba cada cosa. España supo suplir su inferioridad física con Senegal con una mejor lectura táctica del partido. Los senegaleses perdían con relativa facilidad la concentración defensiva y dejaban el tiro claro para los hombres de Orenga, sin embargo, éstos se contagiaron y también dieron facilidades al rival. Una vez más Pau fue clave en la aportación ofensiva, con trece puntos en su haber, para que la selección se fuera al término del primer período con ventaja (23-17).
En el segundo cuarto España bajó un poco la intensidad defensiva, las rotaciones no lograron mantener el listón del quinteto inicial y la selección sufrió más de la cuenta para doblegar a Senegal. A pesar de ello, volvió a imponerse en el marcador (41-28), logrando una diferencia parecida a la del primer período aunque con menor anotación. En cambio, los de Orenga dejaron a Senegal con tan solo 28 puntos gracias a los rebotes defensivos, los robos de balón y los tapones que se consiguieron en la primera parte. Sobre todo éstos últimos, los Gasol e Ibaka impusieron su ley en la zona y ni siquiera los atléticos saltos de los senegaleses pudieron con ellos. Al final del partido Pau e Ibaka acabaron con 3 tapones cada uno y Marc con cuatro. El jugador de Oklahoma también estuvo fino en los tiros de campo, aportando en la anotación desde el juego interior porque España no estuvo en ningún momento hubo acierto desde la línea del tiro de tres puntos.
Orenga decidió dar minutos a los menos habituales en la segunda mitad tras certificar una amplia ventaja en el marcador en el tercer cuarto. Entraron en escena jugadores como Calderón, que mejoró las malas estadísticas de la selección en el triple, Felipe Reyes, ovacionado por la afición del Palacio de los Deportes, Abrines y Claver, los menos utilizados por el seleccionador. España nunca dio sensación de perder el dominio del partido pero sí pudo haberlo solventado con más brillantez, con las vistas puestas a la próxima eliminatoria contra Francia que será mucho más dura. La selección nacional volvió a recuperar la solidez defensiva y volvió a estar imperial en el juego interior para irse en el tercer cuarto por casi veinte puntos (62-43).
El último cuarto fue un puro trámite pero la selección española salió con la intención ampliar el marcador para confirmar su candidatura al título y meter miedo a los rivales. Sergio Llull volvió a enloquecer el partido jugando, como siempre, pasado de revoluciones y Calderón se entonó desde la línea de tres, una gran noticia para los próximos partidos de España que necesita amenazar también desde el exterior. Dos técnicas a Rudy Fernández y a Ibaka metieron por momentos a Senegal en el partido pero pronto se pasó ese efecto para que al final España volviera a firmar una paliza en este Mundial (89-56).