La Semana.- Diez días postrado en una cama de la unidad de cuidados intensivos del hospital Ramón y Cajal. A su lado, una mujer, su mujer, Elena, que no abandonó su puesto en los 10 días que duró la lucha de Jesús Sánchez Martínez, más conocido como "el conductor de la línea 53 de la EMT".

Tras semana y media de lucha por su vida, intervenciones complicadísimas y noticias que revelaban que su salud iba a peor, Jesús murió. Era muy joven, tan sólo tenía 35 años. Nacido en un pueblecito de Cuenca, Villamayor de Santiago, Jesús llevaba ocho años trabajando en la misma línea de la EMT, una línea que se ha hecho trágicamente famosa.
De nuevo ha sido una muerte inútil, pero el hecho de que en ese momento Jesús y su autobús estuviesen justo en esa esquina de la Avenida de Badajoz, evitó que la cifra de muertos provocados por el atentado fuese aún mayor. Jesús se ha convertido en héroe por accidente, aunque a un precio muy alto.
[9-11-2000]