Amalia Casado.- Gaspar Llamazares vive su primera semana como coordinador general de Izquierda Unida. En apenas dos días, ha saltado al primer plano de la política nacional. Sin embargo, Llamazares mantiene los pues en el suelo. Sabe que lo más importante es ser él mismo para impulsar un cambio necesario en el partido. Aunque no piensa dejar de lado a su familia.

¿Qué piensa cada mañana nada más levantarse?
Que tengo un día nuevo de vida, quizás muy influenciado por una visión muy vitalista, y que también tengo gente que me quiere y a la que quiero.

¿Es el comunismo demasiado viejo para cambiar?
Yo creo que el comunismo español es una tradición de libertad y de solidaridad que no se puede perder.

¿Cómo sería posible un mundo sin armas?
Con un cambio del orden político y económico internacional. Creo que es una necesidad urgente de los pueblos acabar con la hambruna y con las armas.

Un libro para su vida...
Justicia, de Dubremat.

¿Por qué?
Porque trata de la diferencia entre lo real, la realidad de un crimen y lo que después elabora la sociedad, que al final es que ese crimen no ha tenido lugar. Es muy representativo de lo que pasa hoy, la realidad de una sociedad que discrimina, que oprime y que lanza un mensaje de opulencia.

Llamazares sueña que un día...
...en el ser humano, que no concibo como una tabla rasa, ni como Rousseau, esencialmente bueno, sueño que un día va a anteponer sus pulsiones humanas de solidaridad a sus instintos de codicia.

¿Cayó el muro de Berlín, desapareció la URSS, los países del Este se occidentalizan. Y después de Castro ¿qué?
Volver a crear un ideario y volver a recrear una sociedad más justa.

¿Cuál es el papel de la familia?
La izquierda ha tenido prejuicios contra la familia, el papel de la familia, sin ser ese famoso núcleo de la sociedad, es muy importante.

Tenemos modelos de capitalismo, socialdemocracia, tercera vía... ¿hay un modelo comunista a seguir?
Lo apasionante de la izquierda, sobre todo de la alternativa e innovadora que representamos, es que no tiene modelo.

¿Llora?
Alguna vez sí

¿Por qué?
Por la muerte, por la incapacidad de sobreponerse a la realidad...

¿Cuál ha sido la vivencia política más importante de su vida?
Mi militancia en el movimiento estudiantil

Un ateo, ¿a quién le agradece la vida?
A sus padres biológicos y a los que se va creando uno a lo largo de la vida, en la organización política, en la vinculación social...

¿Qué es lo último que piensa antes de acostarse?
No lo sé, normalmente en algo que acabo de leer, justo antes de acostarme.