Isaac Á. Calvo.- Hacía tiempo que no se producían unos enfrentamientos tan cruentos entre tropas israelíes y manifestantes palestinos. El conflicto ya se ha cobrado la vida de más de 20 palestinos y ha herido a más de 500 personas que se manifiestan por la visita del líder de la oposición israelí a la explanada de las mezquitas.

Nabil Abu Rodeina, portavoz del presidente palestino, Yasir Arafat, ha culpado de la ola de enfrentamientos al primer ministro de Israel, Ehud Barak, y a su ministro de Exteriores y Seguridad Militar, Sholomo Ben Ami. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha señalado que lo ocurrido es una declaración de guerra y no duda en continuar con la intifada de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, para liberar los lugares santos.
Por su parte, el Jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Shaul Mofaz, ha afirmado que sus soldados sólo disparan con bala cuando se encuentran en peligro de muerte. Mofaz, además, ha criticado que entre los manifestantes haya policías palestinos de paisano, que alientan a las masas e incluso disparan contra el Ejército.
Ben Ami, ministro israelí de Exteriores y Seguridad Militar, ha acusado a la ANP de estar interesada en que continúen los enfrentamientos para ganar, de este modo, puntos en las negociaciones. Ben Ami cree, también, que el hecho de que la televisión y la radio palestinas hayan estado emitiendo versos del Corán, ha incitado a los manifestantes.
Los enfrentamientos, que parecen tener difícil solución, se han extendido por toda la franja de Gaza, cerca de los asentamientos israelíes de Netzarim y de la localidad palestina de Rafiah.
[1-10-2000]