Txema García.- Los resultados electorales de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo 24 de septiembre en Yugoslavia han dejado al país al borde del colapso. Las más que fundadas sospechas de la oposición de haber obtenido la mayoría absoluta han hecho que ésta haya llamado a la población a paralizar el país en contra de los resultados oficiales.

Tras cinco días de recuento exhaustivo y unas más que sospechosas variaciones, la Comisión Electoral dio como vencedora de las elecciones a la Oposición Democrática de Serbia (DOS) con casi un 49 por ciento de los sufragios. Por su parte, Milosevic habría obtenido según la comisión electoral el 38,62 por ciento. Al no haber obtenido ninguna de las dos formaciones mayoría absoluta es necesario una segunda vuelta.
Estos datos, sin embargo, no tienen nada que ver con los que posee la oposición, para la cual la DOS de Vojislav Kostunica habría alcanzado el 51,34 por ciento de los votos frente a un modesto 35 por ciento de la coalición de Milosevic. Los datos que manejan el resto de partidos se aproximan más a los de la oposición que a los oficiales. Incluso los socios de gobierno de Milosevic, el Partido Radical del ultranacionalista Vojislav Seselj, dan como ganadores por mayoría absoluta a la DOS.
La vida pública yugoslava y la Comunidad Internacional da como buena la opinión de la Oposición Democrática de Serbia frente a la propaganda de Milosevic, que en un primer momento le dio como vencedor y que ahora reclama la segunda vuelta. Dicha segunda vuelta favorecería a la coalición de Kostunica que, menos con un pucherazo flagrante, no debería tener problemas para adjudicarse la victoria. Sin embargo, Kostunica ya ha anunciado que no irá a una segunda vuelta.
La estrategia de la oposición consiste, ahora, en recurrir las actas al Tribunal Supremo y paralizar completamente la vida de Serbia. La huelga general promulgada por la DOS comenzó a ser secundada el pasado viernes 29 de septiembre, pero es a partir del 1 de octubre cuando Kostunica espera una adhesión masiva en las fábricas, las instituciones y los centros de enseñanza.
En esta ocasión, Milosevic no ha podido inflar demasiado sus resultados con votos de Montenegro ya que, pese al boicoteo del gobierno de esta república, las autoridades conocen el número de votantes. Algo similar sucede con Kosovo, donde la ONU se ha encargado de atestiguar acerca del desarrollo de los comicios.
[29-9-2000]