Opinión | La Semana que vivimos - Del 17 al 23 de julio de 2000 - Número 168 |
SIN CONCESIONES Dicen los más fanáticos que en el 35 Congreso nadie ha perdido. Ningún socialista se ha ido con la cabeza agachá. Tienen razón, en parte. Rosa Díez casi se marcha llorando. Vuelve a donde el partido la envió para alejarla del mando. José Bono también ha permanecido triste. Satisfacción por fuera y lágrimas por dentro. Trabajará como hasta ahora por aquello que siempre ha defendido. Su Comunidad. Castilla La Mancha se lo agradece a él y al partido. España también. El verdadero damnificado de este proceso es el Partido Popular. Se acabaron los tiempos de gloria para José María Aznar. La nueva Ejecutiva del PSOE debe sacar a relucir cada pequeño error cometido por el Gobierno. No pasará ni uno, como antaño. Ha llegado la hora de trabajar en serio por el futuro. Tanto el PP como el PSOE. Pero atención, porque el primer problema es común para ambos. La sombra del terrorismo se cierne sobre sendas formaciones. Zapatero debe renovar su partido. Pero también, su país. Y sólo hay un camino: trabajo, trabajo, trabajo.
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